Durante el año 2024, España registró un total de 234 muertes a causa de incendios, de las cuales el 74% (es decir, 172 personas) perdieron la vida en sus propios hogares, según el informe presentado por la Fundación Mapfre y la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos (APTB) este viernes. Esta alarmante cifra podría reducirse a la mitad si se implementaran detectores de humo en las viviendas, un dispositivo que solo está presente en una de cada cuatro casas en el país.
El informe de víctimas de incendios en España en 2024 revela que cada día se registran 53 fuegos domésticos, la mayoría de los cuales son considerados «evitables». Carlos García Touriñán, presidente de la APTB, destacó que, aunque los datos son ligeramente mejores que en el año anterior, no pueden satisfacer a la comunidad. Subrayó que cerca del 70% de las muertes se deben al humo, lo que resalta la urgente necesidad de contar con detectores de humo en los hogares.
Impacto de los incendios en la población vulnerable
El director de Prevención de la Fundación Mapfre, Jesús Monclús, hizo una comparación impactante al afirmar que si el 75% de los conductores fallecidos en accidentes no utilizara el cinturón de seguridad, sería un tema de gran preocupación. Sin embargo, la ausencia de detectores de humo en tres de cada cuatro casas parece no recibir la misma atención. Estos dispositivos, que tienen un coste aproximado de 20 euros, podrían salvar numerosas vidas; con una duración de diez años, se estima que podrían evitar cerca de 900 muertes si se generalizara su uso, disminuyendo el riesgo de quemaduras y fallecimientos en un 50%.
El estudio también revela que un 43,2% de las personas que fallecieron en incendios el año pasado eran mayores de 65 años, y el 30% vivían solos. Estos factores aumentan significativamente las probabilidades de morir en un incendio, multiplicándolas por tres y cinco, respectivamente.
Recomendaciones y medidas de prevención
Los expertos han hecho un llamado a la población para extremar las precauciones, especialmente durante los meses de frío, periodo en el que se produce el 64,5% de las muertes por incendios. Asimismo, las horas nocturnas son especialmente peligrosas, siendo el momento en que se registró la mitad de los decesos. Las principales causas de incendios son los fallos eléctricos, a menudo provocados por baterías de dispositivos electrónicos, como patinetes y bicicletas eléctricas. Por ello, se recomienda cargarlos bajo supervisión y alejados de fuentes de calor y materiales inflamables.
En cuanto a las estancias donde más víctimas se registraron, el salón fue el lugar más peligroso, con 35,5% del total de muertes, seguido de la cocina con 27,3%, y el dormitorio, que representa 25,5% de los fallecimientos. Durante la presentación del informe, García Touriñán afirmó que están trabajando con el Gobierno para que los detectores de humo sean obligatorios en todas las viviendas y ha solicitado la creación de una Ley de Coordinación de Servicios de Emergencias a nivel nacional.
