En el corazón de Portugal se encuentra Tomar, una ciudad que ha logrado preservar su rica historia a través de los siglos. Originalmente concebida como un símbolo de la Reconquista, Tomar destaca por su Castillo Templario y el Convento de Cristo, ambos Patrimonio de la Humanidad. Este enclave histórico no solo es un testimonio de la influencia templaria, sino que también ofrece a los visitantes una vibrante oferta cultural y gastronómica.
El Castillo Templario, construido en 1160 por Gualdim Pais, Maestre de los caballeros templarios de Portugal, es un ejemplo sobresaliente de la arquitectura militar del siglo XII. Al atravesar su imponente escalinata, los visitantes se sumergen en un laberinto de estilos y épocas que cuentan la historia de la ciudad. La Charola, un oratorio fortificado del siglo XII, es el corazón espiritual del recinto, imitando la famosa Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén, y es rodeada por un deambulatorio donde los caballeros se reunían.
Un recorrido por el patrimonio cultural
Más allá del castillo, el complejo monumental incluye magníficos claustros que representan diferentes estilos arquitectónicos. El claustro de Santa Bárbara, con su ventana de la Sala del Capítulo diseñada por Diogo de Arruda, refleja la riqueza de la Era de los Descubrimientos. Por su parte, el claustro de Don Juan III es una obra maestra del Renacimiento, que muestra la integración de la Orden de Cristo en la corona.
La historia judía de Tomar también es evidente en su antigua judería, donde destaca la Praça da República, adornada con un mosaico blanco y negro y la estatua de Gualdim Pais. La iglesia de São João Batista, un ejemplo del gótico tardío, se convierte en el centro de la famosa Festa dos Tabuleiros, una celebración que mezcla tradiciones paganas y cristianas, reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Los pequeños callejones de Tomar ofrecen sorpresas, como el Museu Luso-Hebraico Abraham Zacuto, que alberga la sinagoga medieval mejor conservada de Portugal. El anciano Abel da S. Vieira dos Santos invita a los transeúntes a su museo personal, lleno de recuerdos históricos. Además, el emblemático Cine-Teatro Paraíso, construido en 1800, sigue siendo un espacio cultural vibrante, ofreciendo eventos de danza, teatro y cine.
Gastronomía y dulces conventuales
La gastronomía de Tomar es otro de sus grandes atractivos. Conocida por su rica tradición de caza, platos como el coelho na abóbora y la sopa de piedra son imprescindibles. Los restaurantes como Chico Elías y Alpendre se destacan por ofrecer auténticas delicias locales. Para un postre tradicional, la pastelería Estrela de Tomar es famosa por sus dulces conventuales, como el Beija-me Depressa, que representan la herencia culinaria de la ciudad.
Tomar, además de su riqueza histórica y cultural, se convierte en un destino perfecto para aquellos que buscan sumergirse en la tradición portuguesa, disfrutar de su gastronomía y explorar sus encantadores rincones. Este lugar, poco conocido para muchos, promete una experiencia inolvidable para quienes deseen descubrir los secretos de Portugal.
