El 20 de noviembre de 1975 se convirtió en una fecha histórica para el periodismo español, ya que el diario “SOL de España” fue el primer medio en anunciar la muerte del dictador Francisco Franco. En una mañana que comenzó como cualquier otra, un pequeño grupo de periodistas noctámbulos en Málaga rompió con la rutina habitual para dar una noticia que cambiaría el rumbo del país.
En las primeras horas de esa madrugada, mientras la rotativa del diario rugía en la imprenta, un grupo de redactores, encabezados por su director, Rafael de Loma Rodríguez, se dirigió a la cafetería del nuevo aeropuerto de Málaga en busca de un café revitalizante. A su regreso, escucharon los insistentes pitidos del teletipo de la Agencia Europa Press que lanzaba un mensaje contundente: “Franco ha muerto”.
La urgencia de una edición especial
El impacto de la noticia llevó a De Loma a ordenar la detención inmediata de la impresión de la edición en curso, que fue desechada para dar paso a una nueva que incluyera la primicia. La redacción, que ya contaba con información y reportajes preparados por anticipado debido a las especulaciones sobre la salud de Franco, se puso en marcha rápidamente. Con una tirada doble de la habitual, “SOL de España” lanzó una edición especial que se convirtió en la única disponible en los quioscos de Málaga, la Costa del Sol y el Campo de Gibraltar esa mañana.
A las 10:30 horas, el anuncio oficial de la muerte de Franco fue comunicado por la Casa Militar y Civil del Jefe del Estado, pero ya era demasiado tarde para los demás diarios matutinos, que se vieron obligados a transformar sus ediciones en vespertinas. “SOL de España”, con su espectacular portada diseñada por De Loma y el gran titular “Franco ha muerto”, había agotado su tirada inicial y comenzó a imprimir nuevas copias para satisfacer la demanda.
Un legado periodístico
La primicia de “SOL de España” fue reconocida por la Agencia Efe y el impacto de la noticia resonó en el panorama mediático español. Mientras otros periódicos dormían, este pequeño grupo de periodistas había hecho historia, logrando un reconocimiento que se tradujo en elogios y demandas por parte de emisoras de radio que querían conocer más sobre el “pelotazo” informativo.
La gesta de “SOL de España” no solo marcó un hito en el ámbito informativo, sino que también representa un ejemplo de cómo una redacción comprometida puede cambiar el curso de los acontecimientos. En un momento en que se debatían los “tabúes” y las esperanzas de un futuro democrático para España, este diario se erigió como un referente de apertura y modernidad.
De esta manera, el 20 de noviembre no solo fue un día de luto por la muerte de un dictador, sino también un recordatorio de la valentía y el compromiso de aquellos periodistas que, en vez de irse a dormir, optaron por tomar un café que les llevaría a convertirse en protagonistas de un cambio significativo en la historia de España.
