Nueva Melilla ha manifestado su descontento con el reciente contrato marítimo gestionado por el Gobierno central, afirmando que esta medida ha incrementado los costos de transporte mientras que las frecuencias de los barcos que conectan Melilla con la península se han reducido drásticamente. Según la organización, esta situación ha provocado un aislamiento significativo de la ciudad, limitando severamente las opciones de transporte marítimo disponibles para los melillenses.
Monopolio en las conexiones marítimas
El coportavoz de Nueva Melilla, Isaac Fernández Atencia, ha señalado que las empresas Balearia y Transmediterránea dominan las rutas hacia Málaga y Almería, así como la conexión con Motril, creando un monopolio preocupante. «Dos empresas, tres rutas y cero competencia», afirmó Fernández, enfatizando la falta de alternativas para los ciudadanos de Melilla.
Fernández también criticó que la Delegación del Gobierno en Melilla considere este contrato como un «servicio público», argumentando que, en realidad, se traduce en una dependencia indeseada para la ciudad. La reducción en el número de barcos disponibles y la escasez de rotaciones han generado una «falta de frecuencias» con Almería, lo cual afecta directamente a la conectividad de Melilla.
Demandas de competencia y transparencia
La situación actual ha sido calificada por Fernández como «una broma de mal gusto» para una ciudad que depende de sus conexiones marítimas. Además, Nueva Melilla ha lamentado que tanto el PSOE como Vox hayan contribuido a este aislamiento, acusando al primero de «incompetencia burocrática» y al segundo de «racismo disfrazado de patriotismo».
Fernández subrayó que Melilla necesita «competencia real, transparencia y sentido común», y no «favores ni contratos repartidos entre navieras». Para Nueva Melilla, es esencial que los futuros contratos promuevan la competencia y garanticen una conectividad efectiva con los puertos de la península.
La organización aboga por un modelo que favorezca la eficiencia en las operaciones de las navieras, lo que podría resultar en una reducción de precios y un aumento de frecuencias, beneficiando así a los melillenses y mejorando su calidad de vida.