Los Presupuestos Generales de la Ciudad Autónoma de Melilla para el próximo ejercicio están en su fase final de elaboración, con una previsión que se aproxima a los 400 millones de euros. Esta cifra representa un compromiso del Ejecutivo local con el crecimiento social y económico que ha caracterizado a la ciudad en los últimos años. El objetivo es aprobar las cuentas en la primera quincena de diciembre, para que puedan entrar en vigor el 1 de enero de 2026, continuando así con la hoja de ruta establecida por el Gobierno que lidera Juan José Imbroda.
Durante una reunión matutina, el presidente informó sobre el estado de los trabajos técnicos y administrativos que conforman el documento presupuestario. Imbroda destacó la complejidad del proceso y el esfuerzo coordinado entre los diferentes departamentos implicados. “Mañana martes, tengo una reunión con todos los técnicos y con la presidenta de Promesa, Esther Donoso, para seguir perfilando el presupuesto. No es fácil hacer un presupuesto”, explicó.
El mandatario aseguró que el proceso se encuentra “muy avanzado” y que en los próximos días celebrará encuentros decisivos con los responsables de Hacienda y la Intervención. “El miércoles tendré una reunión con el interventor para la base de ejecución, y espero que para el martes de la semana que viene hayamos finalizado la conclusión del presupuesto”, indicó.
Detalles y prioridades del presupuesto
El calendario previsto establece el 20 o 22 de noviembre como fecha límite para contar con todos los informes necesarios, lo que permitirá elevar el documento al Consejo de Gobierno y posteriormente a las comisiones de Hacienda. “Espero que entre el 10 y el 15 de diciembre estemos votándolo en el Pleno”, afirmó Imbroda, confiando en cumplir con los plazos administrativos para que el presupuesto entre en vigor el próximo año.
El presidente confirmó que el presupuesto rondará los 400 millones de euros, una cifra similar a la del ejercicio anterior, que se situó en 380 millones. “Es un presupuesto alto que refleja el compromiso del Ejecutivo con el bienestar de los melillenses y el mantenimiento de la red social, cultural y deportiva de la ciudad”, subrayó. En este sentido, Imbroda recalcó que Melilla no cuenta con grandes empresas que financien actividades, lo que hace necesaria la intervención del Gobierno local para sostener estas áreas.
Además, destacó la importancia de las subvenciones a entidades deportivas, culturales y sociales, así como el apoyo a las ONG que ayudan a los colectivos más vulnerables. “La partida de subvenciones es crucial para garantizar el bienestar de nuestra comunidad”, concluyó.
Orientación hacia el empleo y la sostenibilidad
En línea con la visión del Gobierno, la portavoz, Fadela Mohatar, adelantó que el nuevo presupuesto seguirá enfocándose en una fuerte carga social y en la generación de empleo. “El llamado ‘escudo social’ que hemos construido en las últimas legislaturas seguirá siendo una prioridad”, comentó Mohatar.
Asimismo, enfatizó que la atracción de empresas tecnológicas e innovadoras será uno de los aspectos clave del nuevo presupuesto, capitalizando el marco fiscal ventajoso que ofrece Melilla. “Estamos logrando avances significativos en la generación de puestos de trabajo con la atracción de empresas de innovación tecnológica”, afirmó.
Mohatar también destacó el papel de la formación universitaria en inteligencia artificial y ciencia de datos, que se ha implantado recientemente en Melilla. Según ella, esta iniciativa representa una “oportunidad histórica” para el desarrollo económico de la ciudad, al tiempo que fomenta un ecosistema tecnológico en torno a la innovación y la digitalización.
El turismo continúa siendo otro pilar estratégico en el plan económico del Ejecutivo melillense. Mohatar recordó los “datos espectaculares” presentados recientemente sobre la llegada de nuevas empresas de cruceros al puerto local, lo que podría transformar la economía de Melilla al diversificar sus fuentes de ingresos.
Con un presupuesto estimado de 400 millones de euros, el Gobierno local de Melilla se enfrenta al próximo ejercicio con una visión de futuro centrada en el bienestar social, la sostenibilidad y la modernización tecnológica, pilares que buscan garantizar el progreso económico y la estabilidad de la ciudad autónoma.
