Marruecos ha decidido potenciar el monte Gurugú como un nuevo destino turístico, un movimiento que busca diversificar su oferta y atraer visitantes a esta región rica en historia y biodiversidad. Esta iniciativa surge en un contexto donde la inmigración irregular ha disminuido significativamente gracias a la colaboración entre Madrid y Rabat.
Según el profesor de Petrografía y Geoquímica de la Universidad de Oujda, El Hassan Talbi, el monte Gurugú fue en su día un volcán activo, con emisiones que datan de finales del Terciario y principios del Cuaternario. Esta actividad geológica relativamente reciente ha dado lugar a un relieve montañoso que alcanza casi los mil metros de altura y abarca un área de aproximadamente 20 kilómetros cuadrados.
Riqueza natural y cultural
El monte no solo destaca por su geografía, sino también por su rica fauna. Se han identificado especies raras, especialmente en ornitología, lo que ha llevado a que el Gurugú reciba la categoría de Sitio de Interés Biológico y Ecológico (SIBE). Este entorno natural se ve beneficiado por la proximidad de Mar Chica, una laguna de 115 kilómetros cuadrados que alberga diversas especies de fauna.
La historia del monte Gurugú se remonta a la prehistoria, siendo un lugar de ocupación humana desde hace casi un millón de años. Civilizaciones antiguas han dejado su huella en esta zona, con hallazgos arqueológicos que confirman su importancia histórica. El valle de Kert, por ejemplo, fue un punto clave que dio nombre a la ciudad circundante.
El sitio ha sido testigo de la presencia de diversas civilizaciones, desde los romanos hasta los almohades. Uno de los puntos más destacados es el Palacio de Tazouda, que ha servido como base militar a lo largo de la historia. Sin embargo, este palacio ha sufrido un deterioro significativo tras su abandono, lo que ha llevado a la necesidad de revitalizar la infraestructura turística de la zona.
Desarrollo turístico en el horizonte
A pesar de que el monte Gurugú cuenta con algunos campings y bungalows, la infraestructura turística es deficiente y no satisface la demanda actual. Esta situación es precisamente lo que Marruecos busca cambiar, ya que el potencial para el turismo rural y ecoturismo en la región es notable.
La estrategia del gobierno marroquí incluye mejorar las instalaciones y promocionar el monte Gurugú como un destino que combina naturaleza, historia y cultura. Con su biodiversidad y su rica herencia cultural, este lugar tiene todo lo necesario para convertirse en un atractivo turístico clave en la región.
En definitiva, potenciar el monte Gurugú no solo beneficiará la economía local, sino que también contribuirá a la conservación de su patrimonio natural y cultural, ofreciendo a los visitantes una experiencia única en el corazón de Marruecos.
