El piloto catalán Marc Márquez ha vuelto a acaparar titulares recientemente tras someterse a una operación en su hombro derecho, consecuencia de una caída sufrida en Indonesia. En sus redes sociales, comentó: “¡Todo ha salido bien! ¡Gracias por vuestros mensajes de apoyo! ¡Modo recuperación encendido! Y no lo olvidéis… ¡somos campeones del mundo!». Este mensaje llegó solo dos semanas después de proclamarse campeón del mundo de MotoGP por séptima vez en el Gran Premio de Japón, sumando un total de nueve títulos mundiales a sus apenas 32 años.
A pesar de su fama internacional, Marc mantiene una fuerte conexión con su pueblo natal, Cervera, ubicado en la provincia de Lleida, a 57 kilómetros de la capital provincial y a poco más de dos horas de Zaragoza. Las calles empedradas y las plazas de este pueblo medieval fueron testigos de sus primeros pasos sobre dos ruedas. Muchos vecinos aún recuerdan cómo, con tan solo cuatro años, recorría las calles con su moto mini, un regalo de los Reyes Magos en 1997.
Historia y cultura en Cervera
El entorno medieval de Cervera, con su castillo del siglo XI y sus antiguas murallas, ha sido el escenario donde se forjaron los sueños de este destacado piloto. Aunque la fama lo ha llevado a recorrer el mundo, siempre regresa para reconectar con sus raíces y disfrutar de la compañía de su familia y amigos. Cada victoria es también una oportunidad para recordar los rincones que lo vieron crecer y convertirse en uno de los reyes de la velocidad.
Los aficionados al motociclismo que visitan Cervera pueden sumergirse en la historia de Marc Márquez en la sede de su fan club, We Are 93, fundado en 2010 y presidido por su tío Ramón Márquez. Este espacio, situado en la Rambla de Lluís Sanpere, es un punto de encuentro para los cerverinos, donde pueden seguir las carreras del piloto en vivo. Además, el Museu Comarcal alberga una exposición permanente dedicada a su vecino más famoso, bajo el título «I am 93», que reúne imágenes, documentos de prensa y trofeos que narran su trayectoria en el motociclismo.
Un legado arquitectónico y cultural
Cervera, capital de la comarca de la Segarra, se asienta sobre el Turó de les Savines, ofreciendo un rico patrimonio histórico. Su castillo, aunque en ruinas, es un testimonio de la fortificación medieval destinada a proteger la población de invasores. Las antiguas murallas, que suman casi 3 000 metros de perímetro, junto con un foso de ocho metros, completan la defensa de la villa. Aún se pueden recorrer tramos que evocan la historia de este lugar.
Un elemento destacado del perfil medieval de Cervera es el robusto campanario de la iglesia gótica de Santa María, donde las campanas aún suenan manualmente, conservando una tradición centenaria. La Paeria, actual sede del Ayuntamiento, y el Antiguo Colegio de la Compañía de Jesús, conocido como La Colega, son dos de sus monumentos más notables. Este último alberga una biblioteca y un instituto de educación secundaria, mientras que la histórica fábrica de harinas La Unió, obra del arquitecto modernista César Martinell i Brunet, representa la industria del pan en la comarca.
El calçot, un plato típico de la región, se puede disfrutar en L’Antic Form, un antiguo obrador de pan en la Plaza Mayor que ofrece cocina de fusión con productos locales, reconocido con un Solete por la Guía Repsol. Durante los meses de invierno, la tradicional calçotada atrae a muchos visitantes, quienes también pueden explorar el callejón de las Brujas, donde la historia y la leyenda se entrelazan.
Cervera no solo es un lugar de origen para Marc Márquez, sino que también representa un crisol de historia, cultura y motociclismo, un refugio donde el piloto encuentra su verdadera esencia y conexión con el pasado.