Gran Bretaña alberga una rica historia que se refleja en sus castillos, muchos de los cuales datan de la conquista normanda. Entre ellos, el Castillo de Windsor se erige como la residencia real más antigua del mundo aún en uso, aunque su construcción inicial fue en madera y el actual castillo, levantado en piedra, es posterior. A pesar de que existen castillos más antiguos, Windsor destaca por ser uno de los más espectaculares y mejor conservados.
Otro castillo relevante de esta época es el Castillo de Durham, construido como fortaleza normanda y que hoy forma parte de los edificios de la Universidad de Durham. Este castillo, junto con el Castillo de Rochester, famoso por su notable torre del homenaje de 34 metros, refleja el esplendor de la arquitectura medieval y su capacidad para perdurar en el tiempo.
Castillos icónicos de Gran Bretaña
El Castillo de Dover, situado en Kent, es conocido como la llave de Inglaterra debido a su estratégica ubicación sobre los acantilados blancos de Dover, defendiendo la costa británica más cercana a Europa continental. Aunque se construyó sobre los restos de un faro romano, esta fortaleza normanda ha sido ampliada a lo largo de los siglos y es uno de los castillos más grandes de Inglaterra.
El Castillo de Chepstow, considerado el castillo de piedra más antiguo de Gran Bretaña, fue ordenado por Guillermo el Conquistador tras su victoria en la batalla de Hastings en 1066. Este castillo no solo es antiguo, sino que su estado de conservación lo convierte en un atractivo turístico inigualable.
Más allá de su antigüedad, algunos castillos brillan por su espectacularidad. El Castillo de Edimburgo, construido sobre un antiguo volcán, ofrece vistas impresionantes de la ciudad y alberga las joyas de la corona escocesa. Por su parte, el Castillo de Caernarfon en Gales es reconocido como uno de los más imponentes de Europa, gracias a sus imponentes murallas y torres.
Castillos de cuentos y leyendas
El Castillo de Alnwick ha alcanzado fama mundial al convertirse en el escenario de Hogwarts, la célebre escuela de magia de Harry Potter. No se puede olvidar el encantador Castillo de Bodiam en Sussex, que parece sacado de un cuento de hadas, rodeado por su foso de agua. Por último, el Castillo de Warwick, aunque construido en el siglo XI, debe su esplendor a las ampliaciones realizadas entre los siglos XIV y XV, convirtiéndose en un ejemplo perfecto de la arquitectura medieval.
Estos castillos no solo son monumentos históricos, sino que también son testigos de la rica historia y cultura de Gran Bretaña, atrayendo a miles de visitantes cada año que desean explorar su legado y belleza.