Las universidades más antiguas de América no se encuentran en el norte del continente, como muchos podrían suponer, sino en el sur y el centro. La Universidad de Santo Tomás de Aquino, establecida en 1538 en Santo Domingo, se erige como la primera universidad del continente, aunque no ha funcionado de manera continua desde su fundación.
La historia de la educación superior en América Latina se remonta a siglos atrás. La Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en Perú, fue fundada en 1551 con la autorización de Carlos V y es considerada la universidad más antigua que ha operado de forma ininterrumpida desde su creación. Su continuo funcionamiento la convierte en un referente de la educación en el continente.
Universidades de gran prestigio en América
La Universidad de Santo Tomás, ubicada en Bogotá, Colombia, fue establecida en 1580 y, a pesar de sus intermitencias, ha mantenido una notable continuidad desde 1608, siendo la precursora de la actual universidad de la ciudad. En Argentina, la Universidad de Córdoba, fundada en 1613 por los jesuitas, se considera una de las más prestigiosas de Sudamérica, logrando reorganizarse tras la expulsión de los jesuitas en 1767.
En la lista de las universidades más antiguas no podemos olvidar a Harvard, la primera universidad del mundo anglosajón, establecida en 1636. Su biblioteca es reconocida como una de las más grandes a nivel mundial y ha sido cuna de más de 160 premios Nobel. La Universidad de San Carlos de Guatemala, fundada en 1676, es la más antigua de Centroamérica y sigue en funcionamiento.
La influencia de Yale y su legado
Por último, la Universidad de Yale, establecida en 1701, se posiciona como la segunda más antigua de Estados Unidos. Lleva el nombre de Elihu Yale, un comerciante que contribuyó significativamente a su creación. Su biblioteca también figura entre las más grandes del mundo y ha visto salir a más de 60 premios Nobel.
Estas universidades no solo representan un legado histórico, sino que también han sido pilares en la educación y formación de líderes en América y el mundo. Su continuidad y prestigio demuestran la importancia de la educación superior en el desarrollo social y cultural del continente.