sábado, octubre 25, 2025

La Selva de Irati: un desafío ciclista en la ruta de Induráin

Un recorrido circular de 128 kilómetros en la Selva de Irati rinde homenaje a Miguel Induráin y desafía a los ciclistas.
por 2 agosto, 2025
Lectura de 2 min

La Selva de Irati se ha convertido en un escenario de ensueño para los amantes del ciclismo de montaña, ofreciendo un exigente trazado circular de 128 kilómetros que parte de Otsagabia y culmina en el mítico puerto de Larrau. Este recorrido no solo desafía la resistencia física, sino que también rinde homenaje a la figura de Miguel Induráin, quien transitó por estas tierras durante la etapa 17 del Tour de Francia en 1996, un momento que marcó su carrera.

Los ciclistas que se aventuran por esta ruta se enfrentan a un total de 3 600 metros de desnivel positivo, con ocho puertos de montaña que ponen a prueba la capacidad de cada uno. Entre ellos, destacan Jaurrieta, Erremendia, Abaurregaina, Azpegi, y el temido Errozate, que muchos consideran más duro que el propio Larrau. Este recorrido se realiza multitudinariamente una vez al año, en el marco de la Irati Xtrem, un evento que garantiza avituallamiento y asistencia médica a los participantes.

Rutas y paisajes de la Selva de Irati

Los ciclistas que visitan Otsagabia no solo buscan enfrentarse a un reto deportivo, sino que también desean perderse en la belleza natural de la Selva de Irati. Este bosque, que alberga más de 400 kilómetros ciclables repartidos en 16 itinerarios, ofrece un entorno magnífico con sus hayas, robles, abedules y sauces. Los cuatro valles que rodean Irati, Salazar y Aezkoa al sur y Zuberoa y Cize al norte, se convierten en un paraíso para los ciclistas que buscan disfrutar de la naturaleza mientras desafían sus límites.

En este contexto, el recorrido de la Irati Xtrem no solo es un desafío físico, sino también una oportunidad para conectar con la historia y la cultura de la región. Desde el Neolítico, estos espacios han sido utilizados para el pastoreo, y los ciclistas pueden encontrar monumentos megalíticos a lo largo de su trayecto. Cada año, a finales de agosto, se celebra el día de Mugas o Límites en el puerto de Larrau, donde pastores de ambos lados de la frontera se unen para verificar que los hitos que marcan la frontera siguen en pie.

Desafíos en la ruta

El recorrido no está exento de desafíos. A medida que los ciclistas avanzan, se enfrentan a la soledad de la montaña y a la impredecible naturaleza del terreno. Hasta el kilómetro 35, las ascensiones son llevaderas y los descensos cómodos, pero pronto la carretera se torna más exigente. Tras un giro brusco, el asfalto se convierte en una pista cementada que anticipa pendientes del 20%, dejando una huella imborrable en la mente de los ciclistas.

En el pueblo de Larrau, justo a los pies del Pic D’Orhy, es recomendable hacer una parada para hidratarse y prepararse para la dura ascensión que les aguarda. La belleza del lugar, con sus calles pintorescas y su iglesia románica, merece ser admirada, aunque es mejor dejarlo para otra ocasión si se desea completar el recorrido. La subida a Larrau es difícil, pero menos que la que se ha dejado atrás en Errozate. A medida que avanzan, los ciclistas recuerdan anécdotas de grandes como Jacques Anquetil, quien utilizaba trucos para aligerar su bicicleta, una estrategia que muchos intentan emular.

Finalmente, después de una intensa jornada, los ciclistas experimentan una mezcla de agotamiento y satisfacción al cruzar la meta en Otsagabia. Esta experiencia, repleta de retos y paisajes de ensueño, se convierte en un recuerdo imborrable que reafirma el amor por el ciclismo y la conexión con la naturaleza en la Selva de Irati.

Redacción

Equipo editorial especializado en actualidad ibérica, economía y política. Información rigurosa y análisis profundo de España y Portugal las 24 horas del día.

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