La Iglesia de San Bernardino alle Ossa, ubicada en el corazón de Milán, se ha convertido en un destino turístico que atrae a aquellos que buscan experiencias más allá de lo convencional. Este templo, a menudo olvidado en los itinerarios turísticos, alberga un oscuro secreto: su decorado osario, donde los huesos y calaveras humanos adornan las paredes, ofreciendo una visión perturbadora que no es apta para todos los públicos.
Historia y origen del osario
La historia de esta iglesia se remonta al año 1127, cuando se fundó el Hospital de San Barnaba, destinado a la cura de leprosos. Este hospital contaba con su propio cementerio, pero con el paso del tiempo, el espacio se volvió insuficiente. En 1210, se decidió construir un osario para albergar los huesos de aquellos que no tenían un lugar donde descansar en paz. Posteriormente, en 1269, se ordenó la construcción de la iglesia que hoy conocemos.
A lo largo de los siglos, San Bernardino alle Ossa ha sido testigo de numerosos acontecimientos históricos, incluyendo el colapso del campanario de la Iglesia de Santo Stefano Maggiore y la construcción de un nuevo templo con estilo rococó y barroco. Con el cierre del hospital y del cementerio contiguos, los restos fueron exhumados para completar la decoración del osario, y no fue hasta 1776 que la fachada de la iglesia fue finalmente concluida.
El osario y sus leyendas
Localizar el osario dentro de la iglesia es sencillo; se encuentra a la derecha del acceso principal. Al adentrarse por un pasillo, los visitantes acceden a una sala cuadrada donde los huesos y calaveras están empotrados en las paredes, contenido por mallas metálicas. Este macabro espectáculo es especialmente inquietante al saber que muchos de estos cráneos pertenecieron a personas condenadas a muerte.
La iglesia no solo es un lugar de inquietud visual, sino que también está impregnada de leyendas. Se dice que cada 2 de noviembre, coincidiendo con el Día de Muertos, una niña aparece en el lugar, invitando a los espíritus a bailar. Se cree que los restos de esta niña descansan en San Bernardino alle Ossa, lo que añade un aire de misterio a la visita.
Visitar la Iglesia de San Bernardino alle Ossa es gratuito, lo que la convierte en una opción accesible para quienes se aventuran a conocer su historia. Sin embargo, hay horarios específicos: de lunes a viernes se puede visitar de 10:00 a 13:00 y de 14:00 a 18:00, mientras que los sábados y domingos permanece cerrada.
Este templo, con su perturbadora decoración y su rica historia, sigue siendo un lugar fascinante para quienes se atreven a explorar el lado más oscuro de Milán.
