La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha denunciado un nuevo engaño en el sector de las aerolíneas ‘low cost’, donde el precio de los billetes se incrementa en 56 euros en concepto de equipaje de mano. Este fenómeno se ha convertido en una práctica habitual que afecta a un gran número de pasajeros que, atraídos por tarifas aparentemente económicas, se encuentran con costes adicionales que elevan significativamente el precio final de sus billetes.
La OCU ha llevado a cabo un estudio que revela que, en una de cada cuatro ocasiones, los viajeros se ven obligados a entregar su maleta en la puerta de embarque, lo que implica que deben esperar su recogida en la cinta de transporte del aeropuerto. Esta situación genera no solo incomodidad, sino también una sensación de falta de transparencia por parte de las aerolíneas.
Costes ocultos en las tarifas de las ‘low cost’
Los resultados del informe indican que muchas de estas compañías aéreas ofrecen precios atractivos por sus billetes, pero ocultan el verdadero coste asociado al equipaje. Este incremento en el precio por el equipaje de mano se suma a otros cargos, como la selección de asiento o la prioridad de embarque, que también pueden inflar el coste total del viaje.
Los consumidores, en su búsqueda de las mejores ofertas, deben estar atentos a estos gastos adicionales, que pueden hacer que un vuelo inicialmente económico se convierta en una opción mucho menos atractiva. La OCU recomienda que los pasajeros se informen adecuadamente sobre las políticas de equipaje de cada aerolínea antes de realizar su compra.
Recomendaciones para los viajeros
Para evitar sorpresas desagradables, la OCU aconseja a los viajeros que verifiquen las dimensiones y el peso permitidos para el equipaje de mano, así como las tarifas aplicables en caso de exceder estas medidas. Asimismo, sugiere considerar la posibilidad de elegir aerolíneas que ofrezcan precios más transparentes y que incluyan el equipaje en el coste total del billete.
La denuncia de la OCU pone de manifiesto la necesidad de una mayor regulación en el sector aéreo para proteger los derechos de los consumidores. Los pasajeros merecen claridad en los precios y un servicio que se ajuste a sus expectativas, sin costes ocultos que desvirtúen la experiencia de viaje.
