Valdeprados, un encantador pueblo situado a solo 25 kilómetros al suroeste de la capital segoviana, se revela como un destino sorprendente para los amantes de la naturaleza y la historia. Este pintoresco lugar, escondido en la falda de la sierra de la Mujer Muerta, ofrece un entorno idílico, salpicado de prados, trigales y alamedas, donde el murmullo de las aguas que descienden de las montañas acompaña a los visitantes.
El caserío de Valdeprados es uno de los mejor conservados de la provincia, con viviendas tradicionales de piedra y una iglesia de estilo herreriano, la de Santa Eulalia de Mérida. Sin embargo, lo más llamativo es su torre medieval, conocida como la de los Condes de Puñonrostro o del Caballo Moreno, que se alza majestuosamente y cuenta con un corcel negro galopando en lo alto en forma de veleta.
La leyenda que rodea a este pueblo es tan fascinante como su arquitectura. Según se narra, el señor de Puñonrostro se enfrentó a un duelo en nombre de Enrique IV, quien, agradecido, le regaló un caballo negro con herraduras de oro y le prometió tierras donde el animal se detuviera. Tras recorrer la sierra, el caballo se rindió en Valdeprados, salvando así al noble de una caída fatal en el cañón de la Risca.
Rutas Senderistas en los Alrededores
Para aquellos que deseen explorar el entorno natural de Valdeprados, existen diversas rutas senderistas que permiten disfrutar de paisajes impresionantes. Una de ellas comienza cerca de la torre del Caballo Moreno. Esta ruta se inicia con una pista asfaltada que lleva a la finca de Navasotero, transformándose en un camino de tierra que se adentra en una chopera pintada de colores otoñales.
El recorrido continúa hasta la orilla del río Moros, donde se encuentra un puente que no se cruza y se accede a una senda que asciende por la escarpada margen. A medida que se avanza, el paisaje cambia de la roca caliza a gneis, y el río se vuelve más bravo, encajonado entre paredes de 40 metros. Este impresionante cañón es un deleite para los senderistas que también pueden observar águilas imperiales y milanos reales sobrevolando el área.
La ruta completa abarca unos seis kilómetros y se puede recorrer en aproximadamente dos horas. En el trayecto, se encuentra la aldea fantasmal de Guijasalbas, que, aunque no se puede visitar, ofrece un aire de misterio al recordar que en la década de 1950 contaba con 104 habitantes.
Más Allá de Valdeprados
El vecino pueblo de Otero de Herreros también merece una visita, aunque no cuenta con la misma leyenda que Valdeprados. Su historia literaria se remonta al Libro de buen amor, de Juan Ruiz, arcipreste de Hita. En este municipio se pueden apreciar restos románicos en su templo parroquial y disfrutar de la belleza del Quejigal, un bosque de quejigos y encinas que se vuelve espectacular en otoño.
No muy lejos se encuentra la ermita de la Virgen de la Adrada, que data del siglo XV, y que se levanta en un hermoso entorno natural. La ruta también lleva a Ortigosa del Monte, donde se puede recorrer el Berrocal, un paisaje de enormes bolos graníticos. Posteriormente, se puede visitar el palacio de Riofrío, construido por Isabel de Farnesio para alejarse de La Granja de San Ildefonso.
El palacio rosa de Riofrío ofrece la posibilidad de pasear por su alrededor a través de la senda del Mirador, una ruta circular de 1,5 kilómetros que permite observar ciervos y gamos en su hábitat natural, algo que resulta sorprendente para los visitantes.
Al finalizar el recorrido, los senderistas pueden reponer fuerzas en el encantador restaurante Taberna Tomasa en Valdeprados, que anteriormente era una tienda de antigüedades. Aquí se pueden degustar platos tradicionales como el cocido o las alubias con sacramentos. Para aquellos que prefieren opciones más elaboradas, la ciudad de Segovia, a solo 20 minutos, ofrece mariscos de calidad en San Marcos o asados con vistas al acueducto en Maribel.
El Hotel Caserío Aldeallana, a cinco minutos de Valdeprados, es un alojamiento que destaca por su encanto y diseño, mientras que el Hotel Rural Costa del Trigo se sitúa en un entorno de 450 hectáreas de campos de cereales, ofreciendo una experiencia rural única.
Valdeprados y sus alrededores son un destino ideal para quienes buscan combinar naturaleza, historia y gastronomía, todo en un entorno natural de belleza inigualable.
