Diciembre es el mes en que muchos buscan escapar del bullicio citadino y anhelan disfrutar de un invierno idílico en los países nórdicos. Aunque Tromso y Rovaniemi son destinos populares para vivir la experiencia de unas navidades blancas, existen alternativas menos concurridas que ofrecen paisajes impresionantes y la oportunidad de observar las auroras boreales. Aquí te presentamos tres opciones: Abisko en Suecia, Inari en Finlandia y Varanger en Noruega.
Abisko: un refugio tranquilo en Suecia
Situado en el extremo norte de Suecia, en Laponia y dentro del Círculo Polar Ártico, Abisko es conocido por sus cielos despejados, ideales para la observación de auroras boreales. A tan solo 250 kilómetros al norte de Kiruna, este pequeño pueblo se encuentra en el Parque Nacional de Abisko y se caracteriza por su ambiente tranquilo y no tan turístico. Aunque los servicios son limitados, la autenticidad del lugar lo convierte en un destino encantador.
Para llegar a Abisko, los viajeros deben volar a Kiruna y luego realizar un trayecto en coche de aproximadamente una hora y media.
Inari: autenticidad finlandesa
Por su parte, Inari se presenta como una opción más remota y menos masificada que Rovaniemi, ubicada a unos 300 kilómetros al norte de esta última. Este pequeño pueblo, situado junto a uno de los lagos más grandes de Finlandia, es considerado la capital cultural del pueblo Sami. La baja contaminación lumínica de Inari proporciona un entorno perfecto para disfrutar de las auroras boreales en un ambiente de paz y silencio, permitiendo a los visitantes sumergirse en la cultura Sami.
El acceso a Inari se facilita volando al Aeropuerto de Ivalo, situado a solo 40 kilómetros del pueblo.
Varanger: la remota belleza noruega
Finalmente, Varanger representa uno de los destinos más alejados de Europa, casi en la frontera con Rusia. Este lugar es ideal para quienes buscan una conexión profunda con la naturaleza nórdica y desean alejarse del ruido del mundo moderno. En Varanger, los visitantes pueden no solo contemplar las auroras boreales, sino también observar la fauna local, como renos, pigargos y búhos nivales, y experimentar la cultura Sami, además de disfrutar de saunas con vistas al mar helado.
Para llegar a Varanger, es necesario volar a Kirkenes y realizar un trayecto de unas dos horas en coche o autobús hasta el destino final.
Estas tres alternativas a Tromso ofrecen un escape único para los que desean disfrutar de la belleza invernal de los países nórdicos, sin las multitudes que caracterizan a los destinos más populares.
