La Comunidad de Madrid ofrece un sinfín de opciones para disfrutar del otoño, y una de las mejores maneras de aprovechar esta estación es a través de escapadas a pintorescos pueblos cercanos. Estos lugares, con su arquitectura y paisajes únicos, se visten de gala con los colores dorados y ocres del otoño, convirtiéndose en destinos ideales para aquellos que buscan un respiro del bullicio urbano.
Patones de Arriba: un rincón fotogénico
Encajado en una ladera de pizarra negra, Patones de Arriba destaca como uno de los pueblos más fotogénicos de la región. Su arquitectura, típica de la Sierra Norte, se fusiona con sendas naturales y acogedoras tabernas. Durante el otoño, el contraste entre el follaje dorado y la piedra oscura ofrece una vista espectacular, haciendo de este lugar una postal perfecta.
Buitrago del Lozoya: historia y arte
Rodeado por una muralla medieval en perfecto estado, Buitrago del Lozoya combina historia, arte y vistas al embalse. Sus calles empedradas albergan un museo dedicado a Pablo Picasso y una atmósfera que evoca épocas pasadas. En otoño, los paseos junto al río se convierten en una experiencia mágica gracias a los colores vibrantes de la Sierra de Guadarrama.
Chinchón: sabor castizo en el aire
La Plaza Mayor de Chinchón, con sus balcones verdes y soportales, es una de las más bellas de España. En otoño, el aire se llena de aromas de anís, leña y asados, creando una experiencia sensorial única. La herencia medieval de este pueblo se complementa con bodegas y conventos, ofreciendo tranquilidad en plena campiña madrileña, perfecta para una escapada con sabor castizo.
Manzanares el Real: un paraíso natural
Coronado por el castillo de los Mendoza, Manzanares el Real es uno de los más conservados de la región. Desde su plaza, se pueden iniciar rutas hacia La Pedriza, un destino ideal para senderistas y escaladores. En otoño, los tonos ocres de la sierra, reflejados en el embalse, convierten al pueblo en una joya paisajística.
Rascafría: naturaleza y calma
Situado en el Valle del Lozoya, Rascafría es sinónimo de tranquilidad. Muy cercano al Monasterio de El Paular y las cascadas del Purgatorio, es perfecto para perderse entre hayedos y caminos de montaña. Durante el otoño, el bosque se tiñe de rojo y oro, creando uno de los paisajes más bellos de Madrid.
Sepúlveda: encanto medieval
A poco más de una hora de Madrid, Sepúlveda conserva el encanto de sus iglesias románicas y su plaza porticada. Es la puerta natural a las Hoces del Duratón, donde los buitres sobrevuelan impresionantes cañones. En otoño, las laderas del río se visten de colores intensos y el aroma del cordero asado inunda el ambiente.
Pedraza: un viaje al siglo XVI
Con sus calles empedradas y su muralla circular, Pedraza parece sacada de una postal del siglo XVI. Declarada Conjunto Histórico, su Plaza Mayor destaca por su armonía. En otoño, las chimeneas comienzan a humear, dando lugar a un ambiente íntimo perfecto para disfrutar de una escapada tranquila y gastronómica.
Nueva Baztán: historia industrial
A solo 50 kilómetros de la capital, Nueva Baztán sorprende por su trazado barroco y su rica historia industrial. Fundada por Juan de Goyeneche en el siglo XVIII, su conjunto monumental diseñado por Churriguera se conserva casi intacto. Las rutas de senderismo que salen desde el pueblo lo convierten en un lugar ideal para explorar durante el otoño.
Horcajuelo de la Sierra: escapada rural
Pequeño y silencioso, Horcajuelo de la Sierra conserva la arquitectura negra típica de la comarca. Es el destino perfecto para quienes buscan una escapada de montaña y recorrer los senderos del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. En otoño, el ambiente se transforma con chimeneas encendidas y bosques teñidos de cobre, creando un paisaje casi de cuento.
La Hiruela: esencia rural
Entre hayedos y molinos restaurados, La Hiruela es uno de los pueblos más auténticos de la Sierra del Rincón. Declarada Reserva de la Biosfera, su entorno natural ofrece un espectáculo en esta época: hojas crujientes bajo los pies, arroyos cristalinos y tabernas donde degustar miel y setas locales. Un auténtico refugio rural a tan solo 100 km de Madrid.
Estos diez pueblos no solo ofrecen paisajes espectaculares, sino también una rica herencia cultural y gastronómica que los convierte en destinos ideales para disfrutar del otoño en la Comunidad de Madrid.
