Este jueves, las calles del centro de Vigo se llenaron de ciudadanos que se manifestaron en defensa de la sanidad pública, en contra de la privatización y por la «reconstrucción» del área sanitaria de la ciudad. La protesta, convocada por la plataforma SOS Sanidade Pública, reunió a numerosos participantes de varios municipios de la zona metropolitana, como Cangas, Moaña y Redondela.
La marcha fue encabezada por una pancarta que proclamaba: «Más atención primaria, más atención hospitalaria, más sanidad pública. Reconstruir el área sanitaria de Vigo». Entre los asistentes, se encontraban destacados representantes políticos, como la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, y el alcalde de Vigo, Abel Caballero, así como diputados y concejales de distintas formaciones políticas.
Manuel González Moreira, portavoz de SOS Sanidade Pública, destacó ante los medios que «es necesario tomar decisiones políticas que apuesten por la sanidad pública» y criticó el modelo de privatización impulsado por el PP. En sus palabras, «ya no es una sorpresa para nadie» que este enfoque tenga consecuencias negativas para la sanidad pública. González Moreira cuestionó si a alguien le podría sorprender que Povisa, un hospital de Vigo, enfrentara situaciones similares a las del hospital de Torrejón de Ardoz, en Madrid, señalando audios recientes que revelan la gestión de la empresa Ribera Salud, que opera ambos centros.
En el mismo sentido, Ana Pontón interpeló al presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, preguntando si podía garantizar que las prácticas denunciadas en el grupo Ribera no afectaban a Povisa, que atiende a 114.000 personas en la ciudad. «El área de Vigo es testigo de las consecuencias de las privatizaciones en la sanidad, donde aún se paga el sobrecoste del Hospital Álvaro Cunqueiro», subrayó Pontón.
El alcalde Caballero, por su parte, expresó su «apoyo total» a las reivindicaciones de la manifestación, señalando que las carencias sanitarias en Vigo y su área metropolitana son «totales y absolutas». Afirmó que la Xunta hace oídos sordos a la profunda modificación necesaria en la atención sanitaria, instando a Rueda a tomar nota del respaldo ciudadano evidenciado en la protesta.
Los manifestantes, que partieron de la plaza de España, recorrieron la Gran Vía y la rúa de Urzáiz, coreando consignas como «Con nuestra salud no se juega», «Salvemos la atención primaria» o «Lo público es servicio, lo privado beneficio». Al concluir la marcha, se leyó un manifiesto que enfatizaba «la necesidad de conseguir una asistencia sanitaria 100% pública y de calidad».
La plataforma SOS Sanidade Pública advirtió que «lo que estamos viviendo hoy son las consecuencias de las condiciones en las que se hizo la licitación, la construcción y la gestión del Hospital Álvaro Cunqueiro». Resaltaron que no puede quedar impune que la ciudadanía pague 470 millones de euros de más a la sociedad concesionaria, además de criticar la construcción de «un hospital más pequeño» y el crecimiento del negocio de la sanidad privada.
Por ello, la plataforma aboga por «reconstruir las cosas que estaban previstas y que, por decisiones políticas, no se han llevado a cabo» y considera esencial aumentar la inversión en la sanidad pública. «Que el dinero de todos se utilice para reforzar la atención hospitalaria y recuperar la atención primaria y no para incrementar el negocio de la sanidad privada», demandaron los convocantes.
