A medida que las organizaciones adoptan herramientas inteligentes para automatizar tareas y tomar decisiones más eficientes, también emergen nuevas vulnerabilidades que requieren estrategias de seguridad especializadas. Este contexto ha generado una demanda creciente de profesionales capaces de anticipar riesgos y construir sistemas resilientes. El informe Malt Tech Trends 2025 valida esta tendencia: los proyectos relacionados con la seguridad digital crecieron un 35% en el último año, convirtiéndose en una prioridad para empresas de todos los tamaños.
La seguridad digital ha dejado de ser un servicio accesorio; ahora se posiciona como un eje estratégico para garantizar la continuidad del negocio, el cumplimiento normativo y la soberanía tecnológica. Este cambio está transformando el panorama laboral, creando una expansión rápida y notable en el mercado de la seguridad digital.
Un mercado en crecimiento
El crecimiento de los proyectos relacionados con la seguridad digital también se refleja en datos macroeconómicos. Las plataformas globales enfocadas en gobernanza, gestión de riesgos y cumplimiento regulatorio están avanzando hacia una dimensión sin precedentes. Se estima que este mercado alcanzará los 95.000 millones de euros en 2034, lo que reafirma la creciente relevancia de las soluciones de protección de la información y la necesidad de especialistas que puedan implementarlas. Este entorno expansivo no solo genera oportunidades para empresas proveedoras de tecnología, sino también para profesionales independientes.
La flexibilidad y la especialización profunda hacen que los freelance sean aliados esenciales en proyectos que requieren rapidez y conocimiento experto. En un escenario donde los cambios legislativos son constantes, las organizaciones buscan perfiles altamente cualificados que puedan integrarse en sus estrategias sin largos períodos de adaptación.
En 2025, Europa registró un aumento del 41% en profesionales freelance dedicados a la seguridad digital. Este crecimiento se ha visto impulsado por regulaciones como NIS2 y DORA, que han elevado los estándares de control y resiliencia exigidos en sectores estratégicos, desde servicios financieros hasta proveedores de tecnologías de la información y comunicación (TIC).
La complejidad de estas normas ha llevado a muchas empresas a buscar expertos externos que puedan asesorarles en la implementación de nuevas medidas de seguridad. Las habilidades más demandadas reflejan la necesidad de enfoques multidisciplinares. La simulación de ataques para detectar brechas técnicas se ha convertido en una práctica habitual, ya que permite anticiparse a intrusiones y reforzar puntos débiles.
Además, la especialización en marcos como DORA se ha vuelto imprescindible para entidades sometidas a altos niveles de supervisión. La capacidad de configurar sistemas avanzados de detección y respuesta en dispositivos finales también aporta una protección crucial frente a amenazas sofisticadas, consolidando perfiles que combinan visión estratégica y dominio técnico.
La creciente importancia de los sistemas de supervisión se traduce en el auge de soluciones SIEM (Security Information and Event Management). Según Irène Kleiber, directora de seguridad de Malt, “de la mano de las ciberamenazas, regulaciones y el avance de la IA, las soluciones SIEM siguen creciendo, proporcionando oportunidades considerables para los expertos en este campo”. Estos sistemas permiten monitorizar infraestructuras completas, correlacionar eventos y responder a incidentes en tiempo real, una capacidad esencial en organizaciones con entornos distribuidos.
La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en un motor de cambio. Ofrece herramientas avanzadas para prevenir ataques mediante análisis predictivos y supervisión integral de infraestructuras. Sin embargo, también introduce riesgos relacionados con el uso de datos sensibles, lo que exige sistemas de protección más robustos. La interacción entre modelos de IA y entornos corporativos ha abierto la puerta a nuevas amenazas que requieren soluciones integradas desde el diseño.
Por lo tanto, la demanda de expertos capaces de auditar algoritmos, reforzar protocolos de protección de información y diseñar arquitecturas que mantengan su integridad frente a actores maliciosos está en auge. El desafío no consiste únicamente en proteger redes o servidores, sino en garantizar que los modelos inteligentes operen de manera segura y transparente.
Las empresas enfrentan desafíos complejos que requieren respuestas rápidas y conocimientos específicos. Esto explica por qué la figura del freelance ha adquirido un papel protagonista en la transformación de la seguridad digital en Europa. Incorporar talento experto sin largos procesos de contratación permite agilizar proyectos, cubrir necesidades puntuales y reforzar equipos internos con profesionales altamente especializados.
La evolución del mercado augura un futuro donde la colaboración entre compañías y expertos independientes será cada vez más común. La velocidad del cambio regulatorio, la sofisticación de las amenazas y la expansión de la inteligencia artificial consolidarán la seguridad digital como un campo en continuo crecimiento.
