En un voto ajustado y decisivo, la Asamblea Nacional francesa aprobó este martes el proyecto de ley de financiación de la Seguridad Social por 247 votos a favor y 234 en contra. Este texto establece los objetivos y las previsiones generales del sistema público francés, que incluye áreas como la sanidad, las ayudas y las pensiones. Junto con el proyecto de ley de Finanzas, este es uno de los dos grandes pilares de los presupuestos generales del país que se están tramitando en el Parlamento.
Este año, el proyecto de ley de financiación de la Seguridad Social se centra en la suspensión de la controvertida reforma de pensiones de 2023, un acto que había suscitado un amplio rechazo entre la población y las fuerzas políticas de oposición. La reforma, impulsada por el presidente Emmanuel Macron, eleva progresivamente la edad mínima de jubilación, un cambio que ha encontrado gran resistencia. La suspensión fue una de las condiciones impuestas por el Partido Socialista al primer ministro Sébastien Lecornu para no apoyar la última moción de censura en su contra.
El ajustado resultado del voto sobre el presupuesto refleja la inestabilidad que rodea al primer ministro y su gabinete, que se enfrenta a constantes amenazas tanto de aliados como de opositores. A pesar de que Lecornu había conseguido el apoyo de los socialistas, la situación quedó en entredicho debido a las tensiones dentro de su bloque de partidos centristas. En particular, Édouard Philippe, líder del partido de centroderecha Horizontes, había instado a sus diputados a abstenerse, dejando al Gobierno sin un apoyo crucial.
Philippe, quien fue primer ministro entre 2017 y 2020, criticó la falta de ambición en la reducción del déficit del proyecto de ley, argumentando que las concesiones a la izquierda resultaban en un presupuesto que no beneficiaba a los franceses. Desde el inicio, dos de los partidos más representados en la Asamblea, Francia Insumisa (LFI) y la Agrupación Nacional, la formación de Marine Le Pen, anunciaron su intención de votar en contra. Para aprobar el texto, el Gobierno necesitaba el apoyo de todos los partidos del bloque central, que incluyen a Renacimiento, Horizontes y Modem, además de parte de la oposición.
“El proyecto de financiación de la Seguridad Social es un acto de responsabilidad nacional, no un terreno de posturas políticas”, expresó Lecornu, refiriéndose a Philippe, con quien había sido aliado durante mucho tiempo. Esta crítica subraya la fractura dentro de la coalición que apoya al Gobierno.
Acercamiento con el PS
En este contexto, Lecornu decidió renunciar a la posibilidad de aprobar el presupuesto de la Seguridad Social sin votación en la Asamblea, algo que había hecho en los dos años anteriores. Esta renuncia fue parte de las negociaciones con el líder del Partido Socialista, Olivier Faure, quien finalmente pidió a sus diputados que votaran a favor. El PS argumenta que un presupuesto imperfecto es preferible a no tener ningún presupuesto. Faure declaró: “El primer ministro se ha comprometido a suspender la reforma de las pensiones y se ha mostrado fiable durante todo el debate. Espero que nosotros también podamos ser fiables y conseguir que se apruebe”.
Sin embargo, estas explicaciones no convencen a Francia Insumisa, que acusó al PS de ser complaciente con el macronismo. Manuel Bompard, coordinador nacional de LFI, denunció que el Partido Socialista había cambiado de alianzas al aceptar medidas que, según él, comprometen la sanidad y los derechos laborales. A pesar de las críticas, los socialistas defienden que han conseguido importantes concesiones, como la suspensión de la reforma de las pensiones y el abandono de la idea de duplicar los costes de gestión para los pacientes del sistema sanitario.
La tramitación del presupuesto ha sido complicada y ha requerido un diálogo constante entre diversas fuerzas políticas, lo que ha llevado a un texto final que refleja múltiples compromisos. La versión original del Gobierno fue modificada a través de varias enmiendas en la Asamblea, y aunque el Senado, con mayoría conservadora, eliminó muchas de las medidas de gasto social, la Asamblea reintrodujo varias enmiendas antes del voto decisivo de este martes. En este continuo tira y afloja, el nuevo método de negociación de Lecornu ha demostrado ser un esfuerzo titánico para mantener un equilibrio en una situación política volátil.
