El Partido Popular (PP) y Vox están listos para transformar la sesión de control del próximo miércoles en un auténtico tribunal político contra el Gobierno de Pedro Sánchez. Ambas formaciones pretenden aprovechar al máximo el espacio parlamentario para exigir explicaciones al presidente y al ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, tras la condena del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por revelación de secretos en un caso que involucra a Alberto González Amador, pareja de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. Sin embargo, su estrategia no se limita a las preguntas en directo, ya que planean llevar a cabo votaciones específicas en el siguiente Pleno para mantener la presión sobre el Gobierno.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, comenzará la sesión con una pregunta calculada para marcar la agenda: “¿quién va a pedir perdón a los españoles?” tras la inhabilitación del fiscal general. Este interrogante busca colocar a Sánchez en el centro del debate y reactivar el relato de oposición que gira en torno a la Fiscalía, la Justicia y la gestión del Gobierno. Estas preguntas son cruciales, especialmente recordando que hace casi un año, desde Bruselas, Sánchez no solo descalificó la credibilidad de la causa contra García Ortiz, sino que también inquirió: “¿quién va a pedir disculpas al fiscal general?”. Con el juicio ya en marcha, el presidente insistió en la inocencia del fiscal, lo que el PP utilizará para intensificar su ofensiva política.
El Ministro en la Mira
El nombre de Félix Bolaños se ha convertido en un blanco preferente para el PP, que lo considera una figura clave en la estrategia del Gobierno. La vicesecretaria de Regeneración Institucional del PP, Cuca Gamarra, cuestionará abiertamente si “ha llegado el momento de que asuma su responsabilidad como ministro de Justicia”, insinuando un intento de desgastarlo públicamente. Asimismo, el secretario general del PP, Miguel Tellado, preguntará si el ministro cree que “la verdad se ha abierto paso” en el caso del fiscal general. Esta frase no es casual, pues fue Bolaños quien, en enero, defendió a García Ortiz con la misma afirmación, y ahora el PP la utiliza para subrayar que la sentencia demuestra, según su argumento, que el Ejecutivo se equivocó desde el inicio.
La portavoz parlamentaria de los populares, Ester Muñoz, no perderá la oportunidad de interpelar a la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, con la pregunta: “¿Hasta cuándo van a seguir degradando la imagen de España?”. Esta cuestión busca reforzar el marco que intenta establecer el PP, donde el Gobierno compromete la credibilidad institucional del país.
Por su parte, Vox no se quedará atrás en esta batalla política. Su diputado Ignacio Gil Lázaro lanzará una pregunta similar a la de Feijóo, cuestionando si el Gobierno “va a pedir perdón a los españoles”. Al alinearse con el PP, Vox busca capitalizar el mismo argumento y compartir protagonismo en la ofensiva contra el Ejecutivo.
Tanto el PP como Vox han decidido centrar sus interpelaciones en la sesión de control en este asunto, una maniobra que les permite elevar la presión política e institucional sobre el Gobierno y, a su vez, captar la atención mediática.
Las interpelaciones culminarán en sendas mociones que se debatirán y votarán en el Pleno de la segunda semana de diciembre. En estas mociones, ambos partidos podrían proponer la reprobación formal de Félix Bolaños, una táctica habitual para incrementar la tensión política y visualizar una supuesta pérdida de apoyo parlamentario del Ejecutivo. El PP espera que el debate obligue al Gobierno a rendir cuentas por el “deterioro sin precedentes” que, según su argumentario, ha provocado en las instituciones del Estado. Vox, por su parte, exigirá que el Ejecutivo detalle qué medidas adoptará tras la sentencia del Tribunal Supremo. Ambas iniciativas convergen en un mismo objetivo: mantener abierto el frente político contra Sánchez y, sobre todo, contra Bolaños.
