El sector corporativo argentino mantiene su atractivo, pero se enfrenta a un significativo desafío: adaptarse a las nuevas prioridades y valores de las generaciones más jóvenes. Esto es lo que revela el estudio “No sos vos, soy yo”, presentado por IDEA Joven, que encuestó a más de 500 profesionales menores de 40 años. A pesar de que la valoración promedio del ámbito empresarial se sitúa en un positivo cuatro sobre cinco, las expectativas de los jóvenes están cambiando rápidamente.
El informe destaca que la mayoría de los encuestados sigue viendo en el sector empresarial una opción profesional valiosa. Sin embargo, el deseo de estabilidad en el empleo ya no se explica únicamente por la necesidad económica. De hecho, cuatro de cada diez jóvenes afirmaron que continuarían trabajando en una empresa incluso si su situación financiera no lo requiriese. Las razones más citadas para quedarse incluyen la satisfacción laboral y las oportunidades de aprendizaje y desarrollo profesional.
La motivación económica, no obstante, impulsa a muchos a buscar alternativas fuera del empleo tradicional. El 21% de los jóvenes ya obtiene ingresos adicionales a través de actividades independientes, como el emprendimiento, la docencia o el trabajo freelance, mientras que otro 24% está en búsqueda activa de nuevas fuentes de ingresos.
La flexibilidad laboral se ha consolidado como una de las demandas más extendidas. Aunque el modelo híbrido predomina en la actualidad, el 52% de los encuestados considera ideal contar con un esquema flexible, donde la asistencia a la oficina dependa de las necesidades individuales y no de una imposición. En este sentido, el 75% opina que la presencialidad no incrementa la productividad, y un 94% sostiene que el cumplimiento de objetivos debería ser el criterio principal para evaluar el desempeño, en lugar de la cantidad de horas trabajadas o la visibilidad física del empleado.
Cuando se les preguntó sobre los cambios inmediatos que implementarían en sus empresas, la mayoría prioriza la mejora salarial. También mencionaron la necesidad de menor rigidez organizacional y mejores canales de comunicación. Sin embargo, un grupo significativo indicó que no cambiaría nada, lo que sugiere una convivencia de experiencias laborales muy dispares dentro de la misma generación.
El estudio también identifica las competencias que los jóvenes consideran esenciales para su futuro profesional. Para los encuestados de entre 20 y 30 años, las habilidades interpersonales y de liderazgo son clave, mientras que aquellos de 31 a 40 años otorgan mayor importancia a las capacidades digitales y tecnológicas. En términos generales, el 58% de los participantes cree que su empleo actual los prepara adecuadamente para afrontar los desafíos futuros.
La percepción sobre el liderazgo y la cultura organizacional es positiva en la mayoría de los casos: seis de cada diez jóvenes confían en quienes toman decisiones dentro de sus empresas y perciben una alineación entre los valores corporativos y los personales. Además, el 57% reconoce que la relación con sus superiores influye en su decisión de permanecer o abandonar una compañía, aunque solo el 36% considera que esta relación es determinante.
Respecto al bienestar laboral, la mayoría evalúa su ritmo de trabajo como moderadamente sostenible. Para mejorar su experiencia laboral, los jóvenes destacan la necesidad de incorporar más tecnología, agilizar procesos, establecer instancias claras para la definición de proyectos y prioridades, ampliar la flexibilidad horaria y fomentar espacios de diálogo y retroalimentación.
Bautista Stegmann, presidente de IDEA Joven y Chief of Staff South Cone en Danone, subrayó la relevancia de estos hallazgos: “El estudio muestra que los jóvenes valoran el aprendizaje, la flexibilidad y los buenos liderazgos, pero también una demanda por mejores ingresos y estructuras menos rígidas. Conocer su visión es fundamental para atraer y retener talento y construir organizaciones capaces de estar a la altura de las expectativas propuestas por los jóvenes profesionales”.
