En el corazón de Praga, la ONG Bona está marcando una diferencia significativa en la vida de personas con problemas de salud mental. Ubicada en el distrito de Praga 7, esta organización no solo ofrece apoyo, sino también oportunidades creativas a través de talleres de vidrio y textil, donde los empleados, que enfrentan diversas dificultades de salud mental, producen muñecos y ángeles de vidrio. Con la temporada navideña a la vista, la demanda de sus productos aumenta, viéndose reflejada en numerosos mercados navideños y encargos de empresas que buscan regalos únicos para sus clientes.
El taller de vidrio no es solo un espacio de trabajo; es un lugar de transformación personal. En la planta baja de la ONG, también se encuentra un centro de ocio y recuperación, que organiza actividades artísticas, deportivas y de cocina. Según la encargada del centro, Dominika Pohlůdková, “lo más valioso es cuando los propios clientes lideran el programa, ofreciendo su propio talento o formación”. Un ejemplo destacado fue un cliente que ofreció una conferencia sobre psicología del comportamiento, lo que no solo benefició a los asistentes, sino que también elevó su autoestima.
Un tranvía llamado salud mental
Bona ha sido un pilar en la lucha por la salud mental en la capital checa. A principios de octubre, lanzaron el “Tranvía de salud mental”, una iniciativa que circuló por Praga para abrir un diálogo sobre la vida con enfermedades mentales. El director de Bona, Aleš Lang, con más de 15 años en la organización, observa cómo la percepción pública sobre estos problemas ha cambiado. “El 90% de las personas que se subieron al tranvía estuvo dispuesto a charlar sobre sus propios problemas o los de sus seres queridos”, afirma Lang, indicando que la conversación ya no genera miedo, sino empatía y deseo de ayudar.
El tranvía también rindió homenaje a figuras históricas como Franz Kafka y la emperatriz Isabel de Baviera, conocidas por sus luchas con trastornos mentales, enfatizando que “incluso quienes cambian el mundo a veces necesitan ayuda”. El mensaje subyacente fue claro: la existencia de una red de apoyo puede hacer una diferencia significativa en la vida de quienes sufren.
La pandemia de COVID-19, aunque devastadora, también ha cambiado la conversación en torno a la salud mental. “La ansiedad que todos experimentamos durante los primeros días de la pandemia ayudó a la gente a interesarse en la salud mental y la prevención”, comenta Lang. Esta nueva apertura ha llevado a un mayor reconocimiento de la importancia de abordar estos problemas de manera activa.
Con 26 años de servicio, Bona ofrece un enfoque integral, conocido como CARe (rehabilitación integral) que incluye servicios sociales y acompañamiento psicosocial. Lang subraya que “el cambio hacia algo mejor es posible”, especialmente para aquellos que han enfrentado diagnósticos como esquizofrenia o psicosis, que a menudo conllevan un estigma considerable y una avalancha de efectos negativos en la vida de una persona.
La oferta de Bona incluye talleres donde los clientes aprenden oficios, así como un centro de mantenimiento de zonas verdes. El objetivo es proporcionar un sentido de propósito y conexión con la comunidad, ayudando a los individuos a salir del aislamiento que a menudo enfrentan. “Intentamos empoderar a las personas, ayudándoles a encontrar un rol digno en la sociedad”, afirma Lang.
A pesar de los avances, Lang reconoce que los desafíos persisten, especialmente en el ámbito de la vivienda. La dificultad para encontrar alquileres accesibles para personas con enfermedades mentales sigue siendo un problema significativo. “A pesar de que Bona ofrece garantías para resolver situaciones que puedan surgir, la gente aún tiene miedo de alquilar a estas personas”, explica Lang, reflejando así los prejuicios existentes en la sociedad.
Además, el sistema de financiamiento para servicios sociales en Chequia ha sido criticado por su ineficiencia. Lang comenta: “Es una falta absoluta de respeto a los trabajadores que forman relaciones personales con sus clientes. La incertidumbre financiera afecta directamente la calidad del apoyo que pueden ofrecer”.
En un entorno donde el estigma de la salud mental aún pesa, Bona sigue trabajando para cambiar la narrativa. Lang se siente motivado por los cambios que ha visto en los últimos años y por el impacto positivo que su equipo ha tenido en la vida de sus clientes. A través de la creatividad, el diálogo y un enfoque centrado en la persona, Bona se posiciona como un faro de esperanza en la lucha por la salud mental en Praga.
