La situación en el frente de combate en Ucrania ha tomado un giro inesperado para las tropas rusas, que se han visto desconcertadas por la presencia de un mortero español, el Alakran, conocido en el ámbito militar estadounidense como Skorpion. Este innovador armamento, diseñado por la empresa madrileña NTGS, ha demostrado su efectividad al atacar sin que los soldados enemigos puedan identificar su procedencia, lo que ha generado confusión en las filas rusas.
El Alakran es un mortero de 120 mm que opera desde un vehículo todoterreno y puede alcanzar objetivos a más de ocho kilómetros de distancia. Su diseño permite que se realicen disparos múltiples antes de que los proyectiles hayan aterrizado, lo que complica la respuesta enemiga. Esta táctica, que ha sido probada y validada por el ejército estadounidense, permite que el mortero se disuelva en la vegetación después de realizar sus disparos, evitando así la detección.
Innovación tecnológica en el campo de batalla
Según Juan Carlos Estrella, CEO de NTGS, la evolución del mortero tradicional ha permitido crear un sistema que minimiza la logística y el tiempo de montaje. A diferencia de los morteros convencionales, que requieren varias personas y vehículos para su operación, el Alakran puede ser manejado por dos operadores y se despliega casi instantáneamente. Esto representa un avance significativo en la forma de combate moderno, donde la rapidez y la movilidad son cruciales.
Los tiempos de reacción del Alakran son impresionantes. Las granadas, una vez disparadas, tienen un tiempo de vuelo de entre 45 y 50 segundos, permitiendo una cadencia de tres salvas en medio minuto. La capacidad del sistema para plegarse y abandonar la posición en menos de dos minutos reduce notablemente la ventana de respuesta del enemigo, lo que facilita la maniobra de las tropas.
Mercado internacional y aplicaciones
El impacto del Alakran ha trascendido fronteras, atrayendo la atención de varios países. Arabia Saudí fue el primer cliente internacional, mientras que India ha adquirido unidades destinadas a operaciones en terrenos montañosos. Ucrania, que recibió este armamento antes del inicio del conflicto, ha integrado el Alakran en sus tácticas de combate, especialmente en entornos boscosos.
La madurez del diseño se ha logrado tras años de investigación y pruebas exhaustivas, ajustando la geometría del cañón y la absorción de energía del retroceso. El resultado es un mortero que puede disparar desde diversas superficies, como asfalto o nieve, sin necesidad de estructuras auxiliares que complicaban su uso anteriormente.
En resumen, el Alakran no solo redefine la artillería contemporánea, sino que también transforma la concepción del fuego de apoyo en el campo de batalla. Con su capacidad para realizar disparos precisos y rápidos, este mortero español se ha convertido en un elemento clave para las operaciones de infantería ligera y fuerzas especiales, dejando claro que la tecnología puede revitalizar armas ancestrales para adaptarlas a las exigencias de la guerra moderna.
