La implementación de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) se hará efectiva en 2025 en España, lo que afectará a una gran cantidad de vehículos con etiquetas B y C. El Gobierno ha decidido que las ciudades que aún no han puesto en marcha esta normativa deberán hacerlo antes de finalizar el año, o enfrentarán severas consecuencias, incluyendo la pérdida de subsidios públicos.
150 ciudades españolas están obligadas a adherirse a esta normativa, de las cuales un total de 120 aún no han implementado las ZBE. Esta situación ha llevado al Ejecutivo a poner un ultimátum, indicando que aquellos municipios que no cumplan con la normativa recibirán sanciones económicas. Se prevé que esta medida impacte a un significativo porcentaje de la población española, ya que si todas las ciudades cumplen, aproximadamente el 60% de los ciudadanos estarán bajo la regulación de estas áreas de circulación restringida.
Repercusiones de las ZBE en la movilidad urbana
La ausencia de acción por parte de algunas ciudades ha llevado a la justicia a intervenir en varias ocasiones, con hasta 13 sentencias que han frenado la normativa en distintos puntos del país. Sin embargo, parece que esta vez no habrá más dilaciones. Los municipios que no se adapten a las exigencias del Gobierno tendrán que enfrentarse a la cancelación de ayudas tanto a nivel nacional como europeo.
Entre las ciudades que han confirmado su adhesión se encuentran Valencia, Granada y Zaragoza, lo que augura un cambio drástico en el mapa de la movilidad urbana en España. A partir de 2026, no solo se espera la entrada en vigor de nuevas ZBE, sino que la normativa será más estricta en cuanto a los tipos de etiquetas permitidas para circular en estas zonas.
Los coches afectados por la nueva normativa
Los vehículos que se verán más perjudicados son aquellos con la etiqueta B, que comprende coches de gasolina fabricados entre 2000 y 2006, así como los diésel matriculados entre 2006 y 2015. Además, los coches con etiqueta C, que incluyen los modelos de gasolina fabricados desde 2006 y los diésel a partir de 2015, también tendrán restricciones en varias ciudades, incluyendo la capital, Madrid.
En consecuencia, se anticipa un aumento en la demanda de vehículos con etiqueta ECO, que agrupa a los modelos más respetuosos con el medio ambiente, como los microhíbridos y los que utilizan combustibles alternativos. Esta transición no solo refleja un cambio en la política ambiental del Gobierno, sino que también responde a las exigencias de la Unión Europea respecto a la reducción de emisiones contaminantes en las ciudades.
La situación actual plantea un reto significativo para las autoridades locales y los propietarios de vehículos que deberán adaptarse a las nuevas normativas en un plazo muy corto. Con el objetivo de mejorar la calidad del aire y la movilidad sostenible en las ciudades, las ZBE están destinadas a ser una herramienta clave en la lucha contra el cambio climático y la contaminación.
