El sector tecnológico atraviesa un periodo de incertidumbre, donde las expectativas generadas por la revolución de la Inteligencia Artificial chocan con la realidad de un mercado que parece estar en la cuerda floja. Mientras algunas compañías han visto disparadas sus valoraciones, el CEO de OpenAI ha reconocido que hay preocupaciones legítimas sobre la posibilidad de estar ante una nueva burbuja.
Este contexto se agrava por un entorno macroeconómico complicado. La Reserva Federal mantiene una política monetaria restrictiva, centrada en controlar la inflación, lo que ha incrementado los costes de financiación y ha afectado especialmente a las empresas de crecimiento, que son predominantemente las tecnológicas. Este martes, por ejemplo, acciones como las de Palantir sufrieron caídas de más del 7% en una sola sesión, un descenso que también impactó en bolsas asiáticas como la de Taiwan Semiconductor, que no había experimentado una caída similar desde abril de este año.
Las oportunidades entre la volatilidad
A pesar de las correcciones, las grandes tecnológicas mantienen un posicionamiento sólido. Sus balances son robustos, cuentan con una diversificación de ingresos y tienen la capacidad de invertir en innovación, lo que las diferencia de empresas más pequeñas que dependen en gran medida de las expectativas del mercado. Así, en jornadas de fuerte corrección como la de este martes, algunas de estas «big tech» lograron mantener niveles técnicos clave e incluso mostraron predisposición a alcanzar nuevos máximos.
Por ejemplo, Amazon ha experimentado un crecimiento moderado del 3% en lo que va del año, pero se ha recuperado un 36% desde sus mínimos de abril. Según José Antonio González, director de análisis técnico de Estrategias de Inversión, «lo más probable a corto plazo es alcanzar y atacar los máximos de los 236,53 dólares». Sin embargo, advierte que «mientras no haya cierres diarios por debajo del hueco alcista abierto el pasado 14 de agosto, en los 224,56 dólares, el riesgo de corrección sigue siendo limitado».
Meta, por su parte, también se encuentra en una posición favorable, con un aumento del 25% en el año y una recuperación superior al 55% desde los mínimos anuales de abril. Ha registrado nuevos máximos anuales en los 795,46 dólares, y su estructura de máximos y mínimos crecientes sugiere que las compras seguirán predominando. González señala que, mientras no se registren cierres diarios por debajo de los 747,9 y 737,5 dólares, «los riesgos de corrección permanecen acotados».
El caso de Tesla: ¿una trampa alcista?
No todos los valores tecnológicos se benefician igualmente de este entorno. Tesla, por ejemplo, ha sido uno de los más penalizados, con caídas de más del 13% en el ejercicio, a pesar de haber recuperado un 48% de su valor desde los mínimos de abril. La reciente superación de los 338 dólares no ha encontrado respaldo en las últimas sesiones, lo que podría indicar una posible trampa alcista que podría llevar a nuevas correcciones. Si esto sucede, la acción podría dirigirse a niveles de soporte en los 341 y 297,82 dólares.
En resumen, el panorama actual del sector tecnológico revela una dualidad significativa. Mientras algunas compañías luchan contra la presión de valoraciones elevadas y experimentan correcciones abruptas, gigantes como Amazon y Meta mantienen estructuras técnicas sólidas y un margen considerable para seguir liderando. El gran desafío radica en discernir entre el ruido del corto plazo, caracterizado por la volatilidad, y las tendencias a largo plazo que posicionan a estas grandes tecnológicas como líderes indiscutibles de la próxima fase del ciclo bursátil.
