Un reciente estudio publicado en la revista Nature Human Behaviour ha demostrado que la implementación de la semana laboral de cuatro días puede tener un impacto positivo en la salud física y mental de los trabajadores. La investigación, liderada por la Universidad de Boston, concluye que reducir el tiempo de trabajo sin afectar los salarios aumenta el rendimiento de los empleados, al mismo tiempo que disminuye los episodios de fatiga y problemas de sueño.
Según Juliet Schor, coautora del estudio, «encontramos una relación estrecha en cómo la gente definía su capacidad de trabajo en función de cómo valoraba su bienestar personal y productividad». Estos hallazgos resaltan el potencial de iniciativas como la reducción de la jornada laboral para mejorar la calidad de vida de los empleados, evidenciando que «ahora hay pruebas sólidas de que pueden funcionar para muchas organizaciones».
Resultados de la investigación
El equipo de investigación llevó a cabo ensayos de seis meses con más de 2 500 empleados de 141 organizaciones en países como Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Reino Unido, Irlanda y Estados Unidos. Utilizaron datos de encuestas para analizar indicadores de salud relacionados con el trabajo antes y después del estudio, centrándose en el agotamiento, la satisfacción laboral y la estabilidad mental y física de los empleados. Compararon estos resultados con una encuesta realizada a 285 trabajadores de 12 empresas que no participaron en el estudio.
Los investigadores hallaron que, tras la reducción de la semana laboral a cuatro días, el tiempo de trabajo disminuyó en una media de cinco horas. Aquellos que disfrutaron de un aumento significativo en su tiempo de ocio, de ocho horas o más, reportaron menores niveles de agotamiento y fatiga, así como un incremento en su satisfacción laboral y salud mental. Schor explica que «el tiempo libre es la razón inmediata» detrás de estos resultados, dado su impacto en factores conductuales como el sueño y la fatiga.
Implicaciones para el futuro laboral
Por otro lado, el ejercicio físico no parece tener un papel tan crucial en estos resultados, tal como señala Wen Fan, otra de las investigadoras del estudio. Aunque la motivación fue un factor que se exploró, no se midió de forma directa en la encuesta, aunque Fan advierte que «no hay razón para pensar que disminuya con el tiempo».
Los hallazgos también revelan efectos positivos en empleados que experimentaron reducciones de horas de trabajo entre 1 y 4 horas a la semana, aunque no tan marcados como en el caso de los que adoptaron la semana de cuatro días. Ambas investigadoras instan a las empresas a considerar la reducción del tiempo de trabajo sin alterar los salarios para mejorar la satisfacción y salud de los empleados. «Estas organizaciones lo hacían mediante la reorganización del trabajo: reduciendo actividades de bajo valor como reuniones y sesiones largas», detalla Schor.
La investigadora concluye que la cultura empresarial está cambiando gradualmente, comenzando a respetar el tiempo de las personas. «Incluso medio día es importante», señala, enfatizando la necesidad de seguir explorando estas prácticas para el futuro del trabajo.
