La creación de vídeos generados por inteligencia artificial (IA) ha experimentado una transformación asombrosa en el último año, marcando un punto de inflexión en el ámbito audiovisual. Luis Riancho, conocido como Techhalla en redes sociales, ha visto cómo su trabajo con IA ha alcanzado 67 millones de visualizaciones en su vídeo más viral, donde una naranja se convierte en dos al comerla. Este ingeniero de telecomunicaciones, que hasta hace poco trabajaba en una empresa del puerto de Santander, ha encontrado en herramientas como Midjourney una nueva forma de expresarse y de conectar con el público.
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El auge de estas tecnologías ha generado debates sobre derechos de autor y el posible impacto en el empleo, pero el avance es innegable. Según Omar Pera, director de producto de Freepik, «en el último año ha habido un salto definitivo». Los recientes vídeos creados con IA son cada vez más difíciles de distinguir de la realidad, un fenómeno que ha llevado a las empresas a invertir millones en esta tecnología. Hasta ahora, herramientas como Kling, Veo (de Google), Hailuo y Sora (de OpenAI) han lanzado nuevas versiones en un tiempo récord, reflejando la rapidez con la que evoluciona el sector.
La creación de vídeos con IA se ha democratizado, permitiendo a cualquier persona con una idea y un conocimiento básico de estas herramientas producir contenido atractivo en cuestión de horas. Esto ha llevado a un crecimiento exponencial en la producción de anuncios y otros formatos audiovisuales. No obstante, las redes sociales como Meta y OpenAI han lanzado plataformas específicas, como Vibes y Sora, para compartir estas creaciones, aunque aún no están disponibles en Europa.
El uso de la IA en la creación de contenido ha suscitado críticas y dudas sobre su calidad. Luis Talavera, un creador de TikTok que se especializa en vídeos humorísticos, ha experimentado con el potencial de la IA y ha conseguido monetizar su contenido. «Empecé porque siempre me ha gustado el humor y crear contenido que haga reír a la gente», comenta, señalando que genera alrededor de 4 000 euros al mes gracias a su viralidad en redes.
Mientras tanto, Pablo Jiménez Domínguez, conocido como Pablo Prompt, ha creado un fenómeno viral con su vídeo «Michi olimpiadas», que ha sido visto más de 300 millones de veces. Este tipo de contenido, que mezcla la ficción con la realidad, parece atraer cada vez más a los espectadores. Según Alexandra R. Varela Grandal, conocida como AlexandrIA, la simplicidad de estos vídeos es clave para su éxito: «No necesitas pensar, solo mirar y reír».
Sin embargo, la cuestión de la calidad y el valor creativo de estos contenidos sigue siendo un tema de debate. Muchos creativos argumentan que la generación automatizada de contenido no es verdaderamente creativa, ya que la IA puede facilitar tareas como recortar o editar, pero la verdadera creatividad radica en cómo se utiliza ese material. Omar Pera enfatiza que la creatividad implica más que simplemente usar herramientas, sugiriendo que los creadores deben pensar en el contexto y el mensaje de su contenido.
A medida que la IA continúa avanzando, el futuro del sector audiovisual parece estar en un estado de transformación permanente. Las oportunidades para nuevos creadores están surgiendo, y aunque algunos temen la pérdida de empleos, otros ven una democratización de la creatividad que permite incluir voces y perspectivas diversas en el panorama. Con cada nueva herramienta que aparece en el mercado, la pregunta sobre cómo gestionar y regular este contenido seguirá siendo relevante en los próximos años.