En un debate reciente celebrado en La Casa de ABC, se abordó el crucial tema de la gestión del agua en Sevilla y su área metropolitana, especialmente en el contexto de las inundaciones y el cambio climático. Organizado en colaboración con Emasesa, el evento se centró en cómo la tecnología y la planificación estratégica pueden contribuir a proteger las ciudades ante fenómenos meteorológicos adversos.
Moderado por el periodista Mario Daza, el panel incluyó a destacados representantes como Manuel Romero, consejero delegado de Emasesa; Ramiro Angulo, secretario general del Agua, y Juan José Denis, presidente de ASA Andalucía y director gerente de EMASA. La conversación comenzó con una reflexión sobre la importancia de la prevención y la planificación en la gestión del agua, utilizando como ejemplo las intensas lluvias que azotaron Sevilla el pasado 29 de octubre de 2024.
Desafíos en la gestión del agua
Romero destacó que «la llanura de inundación del Guadalquivir es Sevilla, lo que ha hecho que históricamente haya sufrido inundaciones». Para hacer frente a estos desafíos, se han realizado importantes inversiones en infraestructura, aunque reconoció que la red de saneamiento se vio sobrepasada durante el episodio de octubre. «El problema es cuando llueve en la ciudad, esa agua hay que sacarla al río, y en eso lleva trabajando Emasesa cincuenta años», explicó.
A pesar de los avances, el consejero delegado hizo hincapié en que sortear las inundaciones «no es sólo cuestión de infraestructuras; no hay capacidad que pueda soportar eso». Por su parte, Angulo señaló que las inundaciones en las ciudades pueden deberse a la falta de capacidad de absorción del agua y a las crecidas de los ríos, como la DANA que afectó a la Comunidad Valenciana a finales de 2024. «Nuestro papel es vigilar la meteorología y monitorizar la situación para dar información a los equipos de Protección Civil», añadió.
Preparación y educación de la población
El debate también abordó la necesidad de establecer sistemas de alerta temprana para mantener informados a los ciudadanos. Angulo explicó que estos sistemas permiten prever lo que ocurrirá con suficiente antelación para que la población pueda reaccionar. «Es fundamental que la gente haga caso a las recomendaciones de Protección Civil», afirmó.
Denis, por su parte, enfatizó la importancia de la educación ciudadana en situaciones de riesgo. «Recomendamos a la población que no se enfade cuando vea calles levantadas o en obras, porque es un trabajo de prevención ante las inundaciones», comentó. Además, se discutió la posibilidad de realizar simulacros en lugares como colegios y hospitales para preparar a la ciudadanía ante posibles inundaciones.
Los expertos coincidieron en que, aunque cada vez están más concienciados sobre la necesidad de construir ciudades inteligentes, aún queda mucho por hacer. Denis resaltó que «hay que respetar el paso de los arroyos naturales e impulsar más superficies filtrantes». La construcción de ciudades que puedan absorber grandes cantidades de agua es un reto que se debe abordar de manera colectiva.
Romero concluyó que la comunicación con la ciudadanía es esencial para que comprendan el trabajo que se está realizando y cómo pueden colaborar en la prevención de inundaciones. La jornada puso de manifiesto que, aunque las infraestructuras son importantes, la gestión efectiva del agua y la preparación de la población son claves para enfrentar los retos que plantea el cambio climático.
