El maquinista del Alvia, Francisco Garzón, ha ofrecido su primera entrevista en televisión tras ser condenado a dos años y medio de prisión por homicidio y lesiones por imprudencia grave, en relación con el trágico accidente ocurrido el 24 de julio de 2013 en Angrois, donde fallecieron 80 personas y 144 resultaron heridas. En la entrevista emitida en La Sexta, Garzón describió el lugar del descarrilamiento como «una curva jodida, sin señalización», subrayando la falta de medidas de seguridad que, según él, no solo le afectaron a él sino también a las víctimas.
Durante su intervención, Garzón defendió su absolución, asegurando que tiene «la conciencia tranquila» y que ha recibido el perdón de muchos de los viajeros y sus familias. Explicó que la ausencia de balizas y señales que indicaran el frenado fue crucial en el accidente, además de mencionar una llamada del interventor que le hizo perder toda referencia sobre la velocidad. «El batacazo fue bestial», rememoró Garzón, quien también relató cómo, tras el descarrilamiento, su primer pensamiento fue que «se mataron todos».
La presión mediática y la búsqueda de responsabilidades
Garzón recordó la angustia que sintió al ser arrestado y trasladado a un calabozo, sintiéndose como un «criminal» y asumiendo toda la responsabilidad del accidente. Se cuestionó sobre cómo su identidad y domicilio se hicieron públicos casi de inmediato, planteando interrogantes sobre quién filtró esa información. La presión mediática que soportó en aquel momento fue intensa y se repitió durante el juicio, diez años después.
El abogado defensor de Garzón, Manuel Prieto, también intervino en el programa, destacando la desconexión del sistema ERTMS, que privó al tren de un aviso crucial antes del impacto. Prieto señaló el papel de Andrés Cortabitarte, director de Seguridad en la Circulación de Adif, en el proceso de puesta en marcha de la línea.
Voces de las víctimas
El programa también incluyó testimonios de tres víctimas del accidente. Jesús Domínguez, quien viajaba con su esposa y sobrinas, Teresa Gómez-Limón, ex diputada autonómica del PP en Madrid, y Rogelio Bernardo, cuyo hijo perdió la vida, coincidieron en exculpar al maquinista, lo que añade una nueva dimensión a la discusión sobre la responsabilidad del accidente.
La entrevista de Garzón ha reabierto el debate sobre la seguridad en las vías de tren y la necesidad de implementar medidas más efectivas para proteger tanto a los maquinistas como a los pasajeros, a la luz de un suceso que marcó un antes y un después en la historia ferroviaria de España.
