La demencia, en sus fases iniciales, puede ser un desafío para identificar, ya que muchos comienzan a notar signos a través de la pérdida de memoria. Sin embargo, un síntoma clave que ha pasado desapercibido es el conocido como síndrome vespertino, que suele empeorar a medida que avanza el día, dejando a familiares y cuidadores en una situación desconcertante. La psicóloga Kellyn Lee ha destacado este fenómeno, que se traduce en un comportamiento cada vez más errático durante las horas de la tarde y el anochecer.
¿Qué es el síndrome vespertino?
Según el medio Mirror, el síndrome vespertino se manifiesta en pacientes con demencia mediante episodios de angustia, alucinaciones y delirios. Aunque los desencadenantes exactos de este síndrome no están completamente claros, la Sociedad de Alzheimer sugiere que no está necesariamente vinculado al anochecer. Por el contrario, es más probable que se vincule a necesidades inmediatas no atendidas que pueden incluir:
– Niveles hormonales alterados.
– Efectos secundarios de medicamentos recetados.
– Deterioro sensorial, como la pérdida de visión.
– Hambre, dolor u otras necesidades físicas no satisfechas.
– Alteración del «reloj biológico» de la persona debido a daño cerebral.
– Sobreestimulación durante el día.
– Cansancio excesivo.
– Falta de exposición a la luz solar.
– Falta de interacción con otras personas o cuidadores.
– Trastornos del estado de ánimo, incluidas la ansiedad y la depresión.
Impacto y manejo del síndrome
La Sociedad de Alzheimer indica que el síndrome vespertino puede ocurrir en cualquier etapa de la demencia, aunque es más frecuente en las fases intermedias y avanzadas de la enfermedad. «Algunos síntomas están relacionados con la hora del día y otros pueden ocurrir en cualquier momento. Es fundamental identificar cuáles de estos problemas pueden estar afectando a la persona, ya que cada uno podría requerir un tratamiento diferente», señala la guía de la entidad.
Esta información es vital para los cuidadores y familiares de personas afectadas por la demencia, ya que entender los síntomas puede ayudar a mitigar los episodios de angustia y a mejorar la calidad de vida de los pacientes. Con un manejo adecuado, es posible proporcionar un entorno más estable y predecible, lo cual puede reducir los efectos del síndrome vespertino y contribuir al bienestar general del paciente.
