miércoles, octubre 29, 2025

El insólito fenómeno de los jóvenes que fingen trabajar en China

El desempleo juvenil en China alcanza el 14,5%, llevando a jóvenes a pagar por simular que trabajan.
por 17 agosto, 2025
Lectura de 2 min

El desempleo juvenil en China ha alcanzado cifras alarmantes, con una tasa del 14,5% que se traduce en millones de jóvenes sin trabajo en un país donde la presión social pesa enormemente. En un contexto en el que “no trabajar” no es una opción, ha surgido un fenómeno tanto extraño como revelador: la práctica de pagar para fingir que se trabaja, lo que refleja las tensiones culturales y económicas de la mayor potencia asiática.

La crisis laboral y la presión social

La norma social en China dicta que, tras graduarse, es imperativo ser productivo de inmediato. La presión que ejercen las familias y universidades sobre los recién graduados es intensa, obligándolos a demostrar una actividad constante a través de oposiciones, másteres, prácticas o cualquier empleo, aunque sea temporal. En este contexto, los llamados “nini” —jóvenes que ni trabajan ni estudian— se ven estigmatizados, lo que ha llevado a algunos a optar por fingir estar ocupados como una solución para evitar esa condena social.

Oficinas falsas como refugio emocional

Empresas como Pretend to Work Company ofrecen un servicio peculiar: por unos 3,5 euros al día, alquilan escritorios en oficinas falsas equipadas con ordenadores, WiFi y salas de reuniones. Aunque a simple vista parece un espacio de coworking, la mayoría de sus clientes no tienen un empleo real. Estos jóvenes utilizan el espacio para entrenar su disciplina, hacer contactos, buscar trabajos en línea o simplemente calmar la ansiedad de sus padres al mostrar que están ocupados.

El perfil más común entre los usuarios de estas oficinas es el de recién graduados que deben entregar pruebas de prácticas a la universidad o jóvenes que no se atreven a confesar a sus familias que están desempleados. Como explica el fundador de uno de estos servicios: “Lo que vendo no es un empleo, sino la tranquilidad de no sentirse inútil”. De acuerdo con datos internos, el 40% de los clientes son recién graduados, aunque también acuden autónomos y nómadas digitales que aprovechan el espacio como si fuera un verdadero coworking, con una media de edad que ronda los 30 años.

Un fenómeno en medio de cambios culturales

El auge de estas prácticas se produce en un contexto de cambios culturales significativos. Tras la pandemia y una crisis de empleo que llegó a rozar el 46,5% en 2023, muchos jóvenes han comenzado a cuestionar el modelo del 996 (trabajar de 9 a 9, seis días a la semana). Como respuesta ha nacido el movimiento “tumbarse” (躺平), que reivindica trabajar lo justo, reducir la competitividad extrema y priorizar la vida personal. Fingir que se trabaja se sitúa en medio de estas dos tendencias: mantener las apariencias en la búsqueda de un empleo real.

Aunque estas oficinas falsas ofrecen un alivio temporal ante la presión social, no resuelven la raíz del problema: la dificultad del mercado laboral chino para absorber a los 12,2 millones de nuevos graduados que se incorporan cada año. Este fenómeno pone de manifiesto una contradicción cultural y económica: en un país obsesionado con la productividad, la fachada de un empleo llega a ser tan valiosa como el trabajo real.

Redacción

Equipo editorial especializado en actualidad ibérica, economía y política. Información rigurosa y análisis profundo de España y Portugal las 24 horas del día.

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