El cometa 12P/Pons-Brooks ha captado recientemente la atención de la comunidad científica al emitir señales de radio inusuales y contener agua con una química idéntica a la de los océanos de la Tierra. Identificado por primera vez en 1812, este cometa se acerca a nuestro planeta cada 71 años, lo que lo convierte en un objeto de estudio recurrente para los astrónomos.
Investigadores del Observatorio Astronómico de Shanghái, perteneciente a la Academia China de Ciencias, han publicado un artículo en la revista Astronomy & Astrophysics donde detallan el descubrimiento de moléculas de amoniaco en el cometa. Este hallazgo podría estar vinculado a los repentinos estallidos de brillo que se observan cuando el cometa se aproxima al Sol.
Un cometa con características extraordinarias
El 12P/Pons-Brooks pertenece a la categoría de cometas tipo Halley, caracterizados por ser objetos helados con un periodo orbital que varía entre 20 y 200 años. Su último paso cercano a la Tierra ocurrió en 1954 y se espera que se acerque nuevamente en 2024. Durante este último acercamiento, los científicos notaron que el cometa se volvía muy brillante, lo que les llevó a utilizar el radiotelescopio Tianma para examinar su actividad.
Las observaciones revelaron que, a una distancia de una unidad astronómica —la distancia media entre la Tierra y el Sol—, el cometa liberaba más de cinco toneladas de vapor de agua por segundo, una cantidad significativamente superior a la de otros cometas. Este descubrimiento no solo amplía la comprensión de la composición de los cometas, sino que también sugiere que 12P/Pons-Brooks es mucho más activo que sus pares del mismo tipo.
El agua de los cometas y su implicación para la Tierra
La investigación sobre el cometa se sitúa en un contexto más amplio relacionado con el origen del agua en la Tierra. En meses anteriores, un equipo liderado por el investigador de la NASA, Martin Cordiner, había encontrado que el 12P/Pons-Brooks contenía agua con una firma isotópica prácticamente idéntica a la del agua oceánica terrestre. Esto resalta la posibilidad de que algunos cometas hayan podido contribuir a la formación de condiciones habitables en nuestro planeta.
El amoniaco, que en condiciones terrestres es un gas, se encuentra en estado sólido como hielo muy volátil en los cometas. A medida que se acercan al Sol, estos hielos subliman, transformándose en gas y alimentando chorros de polvo y gas. Este fenómeno, junto con la sublimación de otros volátiles, podría ser responsable de los estallidos que incrementan el brillo del cometa.
Los resultados de la investigación apuntan no solo a una comprensión más profunda de los cometas tipo Halley, sino también a una ventana hacia los primeros días del sistema solar, hace aproximadamente 4 600 millones de años. Al analizar las características de los componentes que expulsan los cometas, los científicos obtienen pistas sobre cómo se formaron las condiciones que permitieron la vida en la Tierra.
En resumen, el cometa 12P/Pons-Brooks se revela como un fascinante objeto de estudio, ofreciendo información valiosa tanto sobre su propia composición como sobre el papel que podrían haber desempeñado los cometas en el origen del agua en nuestro planeta.
