El comercio minorista en España está experimentando una transformación digital sin precedentes, impulsada por tecnologías como la inteligencia artificial (IA) y el Internet de las Cosas (IoT). Este cambio no solo es una tendencia pasajera, sino una realidad que está remodelando la forma en que los consumidores interactúan con las tiendas físicas y online.
Según los últimos datos de la Contabilidad Nacional publicados por el INE, el comercio representa ya el 12,5 % del PIB a precios básicos en España, con el comercio minorista superando el 5 %. Este peso económico ha atraído la atención de los actores tecnológicos. UST, una compañía líder en transformación digital, ha analizado el impacto de esta revolución en el sector retail español, concluyendo que la “experiencia minorista conectada” es una realidad en pleno despliegue.
Democratización del acceso a la tecnología
Durante años, la integración de nuevas tecnologías en el retail se vio limitada por su complejidad y coste, pero eso ha cambiado. “El desarrollo tecnológico ha democratizado el acceso a herramientas que antes estaban al alcance de grandes corporaciones”, señala Carlos Alonso, Sales Director Retail, Manufacturing, Healthcare & Utilities Spain and LATAM en UST. Sin embargo, para que una solución de inteligencia artificial sea viable, debe estar respaldada por un Business Case sólido y un retorno de inversión claro.
La integración de inteligencia visual y sensores inteligentes está redefiniendo la experiencia de compra, tanto física como online. Los avances en diseño de chips y la reducción de costos de sensores han permitido a muchas cadenas introducir soluciones inteligentes en sus tiendas. La IA actual puede analizar grandes volúmenes de datos en tiempo real para ofrecer recomendaciones personalizadas, detectar errores o automatizar decisiones operativas.
Inteligencia visual y eficiencia operativa
Uno de los pilares de esta transformación es la inteligencia visual, que convierte imágenes captadas por cámaras o sensores en datos útiles para el negocio. Desde validar que las imágenes de producto en una tienda online coincidan con el artículo real, hasta identificar cuellos de botella en zonas de paso o analizar emociones en los rostros de clientes, sus aplicaciones son múltiples. Un caso destacado, según Alonso, involucró a un cliente del sector retail que enfrentaba problemas con imágenes incorrectas en su tienda online, lo que generaba pérdidas económicas estimadas entre 93 y 116 millones de euros al año.
UST implementó una herramienta de validación de imágenes basada en IA, eliminando un proceso manual lento y caro y aumentando la productividad del equipo en un 60 %.
Por otro lado, el Internet de las Cosas está conectando estanterías, pasillos, almacenes y sistemas energéticos en las tiendas. Esta red de sensores permite automatizar la gestión del inventario, detectar niveles bajos de productos o ajustar la iluminación y climatización en función de la ocupación real del local.
Entre las aplicaciones más destacadas se encuentran la gestión inteligente de inventario, con sensores que rastrean productos en tiempo real; estanterías inteligentes que alertan automáticamente al personal de reposición; y la optimización energética mediante sensores ambientales conectados.
Además, se están implementando cámaras capaces de detectar comportamientos sospechosos, lo que contribuye a la prevención de pérdidas.
La convergencia entre el mundo físico y digital no solo mejora la experiencia del cliente, sino que redefine el concepto de tienda. El consumidor busca inmediatez, personalización y eficiencia, y la tienda conectada —alimentada por datos y automatismos— es el entorno capaz de ofrecerlo. Para los expertos de UST, el éxito no radica solo en adoptar tecnología, sino en hacerlo con estrategia. “La tecnología tiene que estar al servicio del negocio y del cliente, no al revés. Solo así se convierte en un verdadero motor de transformación”, concluye Alonso.
