La Policía Nacional ha desarticulado el coro más violento de la banda latina Dominican Don’t Play (DDP) en la Comunidad de Madrid. Se trata de los 4 Chorros, un grupo asentado en el distrito de Carabanchel, al que se le imputa un intento de homicidio que tuvo lugar en enero. En este ataque, la víctima sufrió lesiones medulares irreversibles, lo que ha llevado a las autoridades a intensificar sus esfuerzos para desmantelar esta peligrosa organización.
La operación, conocida como Lamino, culminó con la detención de 11 personas, de las cuales 10 han ingresado en prisión provisional. Los días 8 y 9 de julio, varias unidades de la Policía Nacional llevaron a cabo un total de nueve registros en las viviendas de los presuntos integrantes de este coro criminal. Durante estas inspecciones, los agentes incautaron diversas armas, incluyendo un subfusil de asalto y un revólver de imitación, así como machetes y una navaja de tipo mariposa.
Contexto del ataque
La investigación se inició tras un intento de asesinato en el distrito de Usera, una zona controlada por los Trinitarios, la banda rival de los DDP. Según la responsable de la investigación, los sospechosos se encontraban «de caza» buscando miembros de la banda rival. Sin embargo, al no encontrar a su objetivo, atacaron a un joven al que confundieron con un rival debido a su presencia en un territorio controlado por los Trinitarios.
El día del ataque, la víctima aguardaba a una amiga cuando fue abordada por un grupo de aproximadamente diez pandilleros armados con machetes y, al menos, un arma de fuego. Los atacantes dispararon a quemarropa, hiriendo gravemente al joven, quien fue dejado por muerto en el lugar. A pesar de la brutalidad del ataque, los servicios sanitarios lograron salvarle la vida; no obstante, la víctima sigue ingresada debido a la gravedad de las lesiones sufridas.
Motivaciones detrás de la violencia
La responsable de la investigación ha añadido que el ataque formaba parte de una «venganza» por un ataque previo llevado a cabo por los Trinitarios contra miembros del coro de los 4 Chorros. Entre los detenidos se encuentran los diez ocupantes de los vehículos implicados en el ataque y un facilitador de uno de ellos, incluido el líder de la célula desarticulada.
Este suceso pone de manifiesto la creciente violencia entre bandas en la Comunidad de Madrid, un problema que las autoridades buscan contener mediante operaciones coordinadas y estrategias de prevención. La desarticulación de los 4 Chorros es un paso significativo en la lucha contra la criminalidad organizada en la región, aunque aún queda mucho por hacer para garantizar la seguridad de los ciudadanos.
