La llegada del verano suele traer consigo un aumento significativo en las facturas de electricidad, especialmente debido al uso intensivo del aire acondicionado. Sin embargo, este año, un usuario ha logrado reducir su factura de electricidad a la mitad, pasando de más de 200 euros al mes a alrededor de 110 euros, a pesar de mantener el aire acondicionado encendido durante prácticamente todo el día.
El cambio no requirió una gran inversión inicial ni conocimientos técnicos avanzados, sino una combinación de tecnología accesible y un poco de sentido común. A continuación, se detallan las estrategias que se han implementado para conseguir este notable ahorro.
Estrategias para el ahorro energético
Una de las claves para reducir el consumo eléctrico es la combinación del aire acondicionado con ventiladores inteligentes. Estos dispositivos ayudan a distribuir el aire frío de manera más eficiente, lo que permite aumentar uno o dos grados la temperatura del termostato sin perder confort. Se recomienda programar ventiladores Wi-Fi para que se enciendan automáticamente en las horas más calurosas y apaguen el aire acondicionado cuando se alcanza una temperatura confortable.
Asimismo, se han instalado persianas inteligentes que se bajan automáticamente cuando el sol está en su punto más alto. Esto evita que el calor exterior eleve la temperatura interior, lo que a su vez reduce la carga del aire acondicionado. Conectar estas persianas a un centro domótico como Google Home o Alexa facilita su control mediante sensores de luz o rutinas programadas.
Automatización y control del consumo
La automatización de los dispositivos del hogar también ha sido crucial. Utilizando enchufes inteligentes y sensores de temperatura, se han creado rutinas que permiten encender o apagar el aire acondicionado en función de la temperatura del salón. Por ejemplo, si la temperatura supera los 26 °C, el aire se enciende automáticamente, y si baja de 24 °C, se apaga. Además, si no hay nadie en casa, el sistema se suspende automáticamente, lo que contribuye a un ahorro significativo.
Otro aspecto importante es el control del aire acondicionado desde el móvil. Muchos modelos modernos ya incluyen la opción de control por Wi-Fi. Para aquellos con modelos más antiguos, existen adaptadores infrarrojos inteligentes que permiten controlar cualquier aparato con mando a distancia. Esto permite encender o apagar el aire desde cualquier lugar, evitando dejarlo encendido innecesariamente.
Por último, el uso de un medidor de consumo inteligente ha sido fundamental para monitorizar el gasto energético en tiempo real. Dispositivos como los TP-Link Tapo permiten identificar hábitos de consumo ineficientes y corregirlos, contribuyendo a una gestión más eficaz del gasto energético.
Además de estas medidas, se recomienda realizar pequeños cambios en el hogar que no requieran grandes reformas, como colocar burletes en puertas y ventanas para evitar fugas de aire, usar cortinas térmicas en las habitaciones más soleadas y cerrar aquellas estancias que no se utilizan. Estos sencillos ajustes pueden multiplicar la eficiencia del aire acondicionado.
La combinación de estas estrategias ha permitido a este usuario experimentar una notable reducción en su factura de electricidad, alcanzando un ahorro significativo sin sacrificar el confort en su hogar. Así, el uso consciente de la tecnología y la automatización adecuada se han convertido en aliados clave para mitigar el impacto del calor estival en las finanzas domésticas.
