El precio de los billetes en la ruta más importante de alta velocidad en España, que conecta Madrid y Barcelona, ha comenzado a experimentar un aumento gradual. Este cambio se produce en un contexto donde las empresas Ouigo, Renfe e Iryo han confirmado que su estrategia de precios, que había llevado a tarifas mínimas, ya no es sostenible. Tras años de pérdidas, las compañías se ven obligadas a ajustar sus precios.
Durante el año 2024, el precio medio de los billetes ha subido, pasando de 40 euros a 63 euros en su punto más alto. Este aumento se ha visto agravado por la eliminación del servicio low cost de Renfe, el AVLO, que ha quedado fuera de la competencia debido a problemas técnicos con los trenes de la serie Avril, fabricados por Talgo, que sufrieron agrietamientos por la vibración de las vías. Actualmente, el precio más bajo lo ofrece Ouigo, con una media cercana a los 50 euros, que representa un incremento del 18%. Iryo sigue con un precio medio de 56 euros, lo que se traduce en un aumento del 22,5%, mientras que el AVE de Renfe alcanza 73,9 euros con un incremento porcentual más moderado, cerca del 14%.
Un panorama que se extiende a 2026
La situación en la ruta Madrid-Barcelona, sin duda la más popular del país, podría reflejar cambios similares en otras conexiones con competencia, abarcando casi todas las rutas importantes, excepto las de Galicia. Las empresas del sector están comenzando a reconocer la necesidad de poner fin a la guerra de precios para dejar atrás las pérdidas de manera definitiva. Sin embargo, la competencia sigue manteniendo tarifas alejadas de los precios que se observaban cuando Renfe operaba como monopolio.
En este contexto, el año 2026 se perfila como un periodo crucial en la evolución del sistema de alta velocidad. Si 2025 fue el año de consolidación para los competidores, 2026 debería mostrar cómo se adaptan a una realidad donde han ampliado sus operaciones en todas las rutas previstas para la primera etapa de la liberalización. Aunque ADIF continúa avanzando en la segunda fase de esta liberalización, las operadoras aún enfrentan limitaciones en las rutas gallegas por la falta de trenes adecuados.
La incertidumbre persiste, especialmente con la evidente animadversión entre el ministro de Transporte y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, y los operadores. A pesar de ello, el crecimiento de los viajeros en alta velocidad sigue siendo un argumento sólido para proteger el desarrollo del sector, a pesar del aumento inevitable de los precios.
El impacto de la liberalización en el sector
A pesar de los incrementos de precios, Ouigo celebra un aumento en el número de viajeros que optan por el tren. Según datos presentados, un 25% de los pasajeros han realizado su primer viaje en alta velocidad tras la liberalización. Este dato es respaldado por la CNMC, que indica que la cuota del tren frente al avión en viajes de larga distancia ha aumentado al 56,5%, lo que representa un incremento de 5,2 puntos porcentuales respecto a 2019. En contraste, la cuota de mercado de Renfe ha descendido casi 30 puntos porcentuales desde la liberalización, situándose en el 72%, algo muy diferente al caso francés, donde SNCF Voyageurs mantiene una cuota superior al 99%.
Este escenario refleja el desafío al que se enfrentan las empresas de alta velocidad en España mientras se acercan a un futuro que promete ser tanto competitivo como incierto.
