El reciente lanzamiento del iPhone 17 ha introducido nuevas complicaciones en el uso del conector USB-C, que nació con la promesa de ser un estándar universal para cargar dispositivos, transferir datos y conectar accesorios sin inconvenientes. Sin embargo, Apple ha optado por implementar diferentes tecnologías en sus cargadores, lo que genera frustración entre los usuarios.
En concreto, el iPhone 17 sigue utilizando un puerto USB-C Tipo 2, que se caracteriza por ser más lento tanto en la carga como en la transferencia de datos. Aunque Apple ha anunciado que el nuevo modelo puede alcanzar una carga del 50 % en 20 minutos gracias a su adaptador de corriente dinámico de 40 W, esta mejora no es tan significativa si se compara con su predecesor, el iPhone 16, que lograba cerca del 40 % en el mismo tiempo.
Los protocolos de carga en conflicto
La clave de esta mejora radica en la incorporación del protocolo USB Power Delivery con voltaje ajustable, conocido como AVS, parte de la especificación USB PD 3.1. Sin embargo, el problema surge cuando se considera que la mayoría de los cargadores modernos, especialmente aquellos utilizados por dispositivos Android de gama alta, funcionan con un protocolo diferente: USB Power Delivery con fuente de alimentación programable (PPS). Dado que Apple no soporta este último, los usuarios que deseen aprovechar al máximo la velocidad de carga del iPhone 17 deberán recurrir a los cargadores de Apple.
Es fundamental entender las diferencias entre estos protocolos. El USB PD, aunque proporciona distintos niveles de voltaje fijos (5 V, 9 V, 15 V, 20 V), no optimiza la velocidad ni la eficiencia. Por su parte, el PPS ajusta el voltaje en tiempo real, lo que se traduce en una carga más rápida y eficiente, mientras que AVS ofrece un ajuste de voltaje menos dinámico, lo que lo hace más adecuado para alimentar dispositivos complejos como portátiles y tablets.
La necesidad de múltiples cargadores
La decisión de Apple de no adoptar el estándar más extendido ha llevado a una situación en la que los usuarios de iPhone 17 necesitarán cargadores específicos para obtener el rendimiento óptimo, mientras que sus cargadores rápidos de marcas como Samsung o Xiaomi no podrán utilizarse al máximo en el nuevo dispositivo. Esto contradice la promesa inicial del USB-C de simplificar la experiencia de carga, ya que ahora los usuarios se ven obligados a adquirir múltiples cargadores para diferentes dispositivos.
En resumen, la estrategia de Apple con el iPhone 17 parece más centrada en mantener su ecosistema cerrado que en ofrecer la mejor experiencia de usuario posible, dejando a los consumidores con la frustrante necesidad de adaptar sus hábitos de carga.
