Los vuelos espaciales han demostrado tener un impacto significativo en la salud celular, según un reciente estudio realizado por investigadores del Instituto de Células Madre Sanford de la Universidad de California en San Diego. Este análisis revela que las células madre y progenitoras hematopoyéticas humanas (HSPC) sufren un envejecimiento acelerado tras solo 45 días en el espacio. Publicado en la prestigiosa revista ‘Cell Stem Cell’, el estudio utiliza innovadores sistemas automatizados de nanobiorreactores impulsados por inteligencia artificial (IA) para monitorizar en tiempo real los cambios en estas células durante cuatro misiones de Servicios de Reabastecimiento Comercial de SpaceX a la Estación Espacial Internacional (ISS).
Los hallazgos son alarmantes. Las células madre analizadas perdieron parte de su capacidad para generar nuevas células sanas y mostraron un aumento en el daño del ADN. Además, se observaron signos evidentes de envejecimiento acelerado en los extremos de sus cromosomas, conocidos como telómeros. «El espacio es la prueba de estrés definitiva para el cuerpo humano», afirma la doctora Catriona Jamieson, directora del instituto. Este fenómeno se debe a factores estresantes del entorno espacial, como la microgravedad y la radiación cósmica galáctica, que influyen negativamente en la salud celular.
Implicaciones para la salud de los astronautas y la investigación en la Tierra
La investigación no solo es vital para la seguridad de los astronautas en misiones de larga duración, sino que también proporciona información crucial sobre el envejecimiento humano y enfermedades como el cáncer en nuestro planeta. Estudios previos de la NASA han evidenciado que los vuelos espaciales afectan la función inmunitaria y la longitud de los telómeros. Un ejemplo destacado es el Estudio de Gemelos, donde el astronauta Scott Kelly pasó 340 días en la ISS mientras su gemelo, Mark Kelly, permanecía en la Tierra. Este estudio reveló cambios en la genética, fisiología y microbioma, aunque muchos de estos se revertieron tras el regreso a casa.
El nuevo estudio amplía el conocimiento sobre las HSPC y su respuesta a las condiciones espaciales. Se observó que estas células se vuelven más activas de lo normal, lo que resulta en un agotamiento de sus reservas y una disminución en su capacidad regenerativa. También se identificaron signos de inflamación y estrés en las mitocondrias, entidades responsables de la producción de energía celular, así como la activación de secciones del genoma que suelen permanecer inactivas.
Propuestas para contrarrestar el envejecimiento celular
Lo más prometedor es que el estudio sugiere que algunos de los daños causados por la exposición espacial podrían revertirse si estas células se colocan en un entorno óptimo. Esto abre la puerta a la posibilidad de rejuvenecer células envejecidas mediante intervenciones adecuadas. Los expertos enfatizan la necesidad de desarrollar nuevas contramedidas para proteger la función de las células madre durante las misiones espaciales prolongadas y proponen la creación de marcadores biológicos que detecten precozmente el envejecimiento inducido por el estrés.
El equipo de investigación planea continuar su trabajo con futuras misiones a la ISS y estudios con astronautas, enfocándose en la monitorización en tiempo real de los cambios moleculares y la búsqueda de soluciones farmacéuticas o genéticas que garanticen la salud humana en el espacio y más allá. Hasta la fecha, el Instituto ha realizado 16 misiones a la ISS, consolidándose como un referente en la investigación de los efectos del espacio en la biología humana.
