Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han logrado desarrollar una vacuna experimental de administración intranasal que elimina por completo el virus del COVID-19 en ratones humanizados. Este avance, liderado por el virologo Luis Enjuanes desde el Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), muestra una eficacia del 100% tras la administración de dos dosis, lo que abre la puerta a nuevas generaciones de vacunas más efectivas contra las variantes recientes del SARS-CoV-2.
Un diseño innovador basado en replicones de ARN
La vacuna utiliza replicones defectivos de ARN derivados del propio coronavirus, a los que se les han eliminado seis genes implicados en su propagación y virulencia. Estas partículas tienen la capacidad de replicarse dentro de las células, pero no de infectar nuevas, garantizando así un elevado perfil de seguridad. A diferencia de las vacunas de ARN mensajero actuales, este diseño incluye varias proteínas del virus, no solo la proteína S, lo que activa múltiples brazos de la respuesta inmune.
Los ensayos preclínicos realizados en ratones humanizados han demostrado que, con una sola dosis, la protección alcanzaba el 60%. Tras la segunda dosis por vía intranasal, los animales lograron un 100% de inmunidad, presentando niveles indetectables de virus en nariz y pulmones. Estos resultados indican que la vacuna induce una inmunidad esterilizante, capaz de bloquear la infección desde el inicio e impedir la replicación viral.
Ventajas de la vía intranasal
Los investigadores destacan que esta vía de administración actúa directamente en las mucosas respiratorias, la puerta de entrada del virus, generando una respuesta local más potente. Además, es un método no invasivo y cómodo, lo que podría facilitar campañas masivas de vacunación o su uso en colectivos vulnerables. La autoamplificación del replicón permite, además, emplear dosis más bajas sin perder eficacia.
El equipo también apunta que esta tecnología podría ofrecer mejores resultados en personas mayores, población en la que las vacunas actuales han mostrado eficacia limitada. Asimismo, la plataforma permite adaptar la secuencia del replicón a nuevas variantes en un plazo de dos a tres meses, lo que otorga una gran versatilidad frente a la evolución del virus.
Los resultados de este prometedor prototipo han sido publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), consolidándolo como un candidato sólido en la carrera por desarrollar vacunas de segunda generación contra el COVID-19. Su diseño seguro, capacidad de inducir inmunidad esterilizante y potencial de adaptación lo posicionan como una de las apuestas más firmes para reforzar la protección global en futuras campañas de vacunación.
