Un reciente estudio realizado en Corea del Sur ha generado controversia al concluir que todas las vacunas contra la COVID-19 aumentan el riesgo de cáncer. La investigación, que abarcó a más de 8,4 millones de personas entre 2021 y 2023, indica que los vacunados presentan un riesgo 27% mayor de desarrollar cáncer en general, así como un incremento en la incidencia de seis tipos específicos de cáncer.
Los autores de esta investigación, cuatro científicos surcoreanos, publicaron sus hallazgos la semana pasada en una carta en la revista Biomarker Research, de Springer Nature. Según el estudio, las vacunas, tanto de ARNm como de ADNc, están relacionadas con un aumento del riesgo de cáncer de mama, colorrectal, gástrico, de pulmón, de próstata y de tiroides.
Reacciones y críticas al estudio
Las reacciones a este estudio han sido diversas. Mientras que algunos expertos lo desestiman como erróneo, otros, como el epidemiólogo Nicolás Hulscher, afirman que las plataformas de vacunación contra la COVID-19 parecen ser cancerígenas. Por su parte, el oncólogo Angus Dalgleish considera que este trabajo es pionero en demostrar la asociación entre las vacunas de ADNc y ARNm con el riesgo de cáncer, sugiriendo que la proteína de pico podría ser directamente cancerígena.
Según el estudio, el análisis mostró un riesgo estadísticamente significativo de cáncer en el grupo vacunado, incluyendo un 20% más de riesgo de cáncer de mama y un 69% más de riesgo de cáncer de próstata. El seguimiento se realizó durante un año, y los resultados indicaron que el riesgo aumentaba linealmente con el tiempo, lo que preocupa a varios especialistas en salud.
Implicaciones de los hallazgos
Los investigadores también notaron que la población más joven, menores de 65 años, era más vulnerable a ciertos tipos de cáncer, mientras que los mayores de 75 años mostraron un riesgo elevado de cáncer de próstata. Además, se observó que las mujeres vacunadas tenían un riesgo mayor de cáncer colorrectal y de tiroides, en comparación con los hombres, quienes presentaron un riesgo más alto de cáncer gástrico y de pulmón.
El estudio advierte que el riesgo de cáncer entre los vacunados no se limita a un solo tipo de vacuna, ya que cada una de ellas mostró un aumento mensurable del riesgo. Por ejemplo, las vacunas de ARNm, como las de Pfizer y Moderna, tuvieron un riesgo general 20% mayor de cáncer, mientras que las vacunas de ADNc, como las de AstraZeneca y Johnson & Johnson, estaban asociadas con un riesgo general 47% más alto.
Este estudio se suma a una creciente cantidad de investigaciones que han comenzado a vincular las vacunas contra la COVID-19 con eventos adversos graves, lo que ha suscitado un llamado a realizar estudios más profundos sobre este tema y considerar la suspensión de programas de vacunación de refuerzo.
Los autores del estudio destacan la necesidad de más investigación para entender las relaciones causales y los mecanismos moleculares subyacentes a estos hallazgos. Mientras tanto, expertos como John Campbell sostienen que los datos de Corea del Sur son confiables y que el estudio está bien estructurado, lo que lo convierte en un recurso valioso para futuras investigaciones sobre el impacto de las vacunas en la salud a largo plazo.
