Un nuevo estudio publicado en el American Journal of Psychiatry sugiere que el antibiótico doxiciclina podría reducir el riesgo de que algunos jóvenes desarrollen esquizofrenia. Según la investigación, los adolescentes que recibieron este tratamiento en el marco de su atención de salud mental presentaron entre un 30% y un 35% menos de probabilidades de desarrollar la enfermedad en la edad adulta, en comparación con aquellos tratados con otros antibióticos.
El estudio, que incluyó a más de 56 000 adolescentes en Finlandia, destaca que, aunque los resultados son provisionales, son prometedores. La esquizofrenia afecta a aproximadamente 23 millones de personas en todo el mundo y se caracteriza por la aparición de psicosis, que incluye delirios, alucinaciones y problemas cognitivos que pueden resultar incapacitantes.
Mecanismos potenciales de acción
La investigación indica que la doxiciclina, un fármaco comúnmente utilizado para tratar infecciones y el acné, podría tener un efecto beneficioso al reducir la inflamación en el cerebro y afectar la poda sináptica, un proceso crucial en el desarrollo cerebral que elimina neuronas y sinapsis innecesarias. Se ha vinculado una poda sináptica anómala con el desarrollo de la esquizofrenia.
El autor principal del estudio, Ian Kelleher, profesor de psiquiatría infantil y adolescente en la Universidad de Edimburgo, afirmó que estos hallazgos son una señal importante para continuar investigando el efecto protector de la doxiciclina y otros tratamientos antiinflamatorios en la salud mental de los adolescentes. Kelleher añadió que esta estrategia podría «reducir potencialmente el riesgo de desarrollar una enfermedad mental grave en la edad adulta».
La necesidad de más investigaciones
A pesar de la promesa de los resultados, expertos independientes abogan por la cautela. El investigador en psiquiatría de la Universidad de Oxford, Dominic Oliver, subrayó que «muchos otros tratamientos han mostrado indicios tempranos de eficacia y finalmente no han resultado efectivos en ensayos a gran escala».
Por su parte, la doctora Katharina Schmack, investigadora en psicosis en el Francis Crick Institute en el Reino Unido, destacó que, aunque los resultados son estadísticamente significativos, las cifras absolutas sobre la reducción del riesgo de esquizofrenia son modestas. Según sus cálculos, quince años después del tratamiento con doxiciclina, «en lugar de unas cinco de cada 100 personas, ahora desarrollarían esquizofrenia aproximadamente dos o tres de cada 100».
Schmack también indicó que los hallazgos deberían servir como base para investigar más a fondo el desarrollo cerebral, la inflamación y otros procesos biológicos que podrían influir en el riesgo de esquizofrenia. «Descubrir asociaciones clínicas en estudios como este es importante porque puede orientar nuevas investigaciones biológicas», concluyó.
