La enfermedad renal crónica (ERC) afecta a un sorprendente 30% de los pacientes con analíticas registradas en los sistemas de salud españoles, según un reciente estudio llevado a cabo por AstraZeneca. Este programa de investigación, que utiliza datos de vida real, se presentó en el 55 Congreso de la Sociedad Española de Nefrología y se basa en la base de datos BIG-PAC, que incluye registros de centros de Atención Primaria y hospitales de referencia en el país.
Los hallazgos, publicados en la revista Nefrología, indican que a medida que progresa la enfermedad, también aumentan las complicaciones cardiovasculares y renales asociadas. El doctor Rafael Santamaría, autor principal del estudio y nefólogo en el Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, subraya que esta cifra supera significativamente la prevalencia reportada en estudios anteriores.
Impacto en el sistema sanitario
El estudio revela un uso “muy elevado” de recursos sanitarios, donde las hospitalizaciones representan la mayor parte de los gastos, lo que se traduce en un coste considerable para el sistema. «Por primera vez, obtenemos una visión integral sobre la magnitud y el impacto de esta patología en nuestra sanidad», afirmó Santamaría. A pesar de lo alarmante de estos datos, se ha observado que el manejo de la enfermedad no se ajusta a las recomendaciones de las guías de práctica clínica (KDIGO), lo que sugiere un posible infradiagnóstico de la ERC.
Además, Santamaría enfatiza que un diagnóstico y tratamiento más temprano, junto con una mejor coordinación, podría resultar en menos hospitalizaciones y, por ende, en una reducción de costes y una mejora en la calidad de vida de los pacientes. Dado que la enfermedad puede no presentar síntomas en sus etapas iniciales, el especialista destaca la necesidad de implementar un cribado sistemático en Atención Primaria, especialmente para grupos de riesgo como personas con diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, obesidad y ancianos.
Costes asociados a la enfermedad
El estudio también analiza el uso anual de recursos y costes sanitarios por paciente en un periodo de dos años. Las conclusiones indican que los costes anuales pueden variar entre 1 500 y 20 500 euros, dependiendo del estadio de la albuminuria, siendo las hospitalizaciones el principal impulsor de estos gastos. En categorías de daño renal con función casi normal, los costes se asocian principalmente a la farmacia y urgencias; mientras que en casos de daño renal moderado a severo, los gastos de hospitalización superan claramente los de medicación.
«La hospitalización es el gran motor del gasto. Cada ingreso que evitamos con detección precoz y terapia cardiorrenal es un ahorro para el sistema y una mejora para los pacientes», aseguró Santamaría. Las proyecciones nacionales sugieren que la ERC representará el 5,56% del gasto sanitario público en 2027, en comparación con el 4,88% de 2022, con un 42,5% de este gasto vinculado directamente al tratamiento sustitutivo renal.
El doctor Santamaría concluye que prevenir la progresión de la enfermedad es más coste-efectivo que financiar la fase terminal. «Cada euro invertido en detección precoz, control de riesgos y terapias con protección renal evita los costes de las hospitalizaciones y diálisis. La ERC es el ejemplo perfecto de ‘pagar por valor'», finaliza. Este estudio observacional y retrospectivo, que abarca datos de siete comunidades autónomas, analizó a una población de 70 385 personas con al menos una medición de la tasa de filtración glomerular estimada (TFGe) y de la albuminuria durante el periodo de observación designado.
