Hablar de plantas para la salud del hígado a menudo se rodea de mitos y malentendidos. Según la nutricionista Sonia Lucena, directora del Centro Integral Médico Estético Método FIVE, no existen remedios milagrosos para «limpiar» este órgano vital. Asegura que el hígado es, en realidad, el encargado de desintoxicar el cuerpo por sí mismo y que muchas de las afirmaciones en torno a las dietas detox y suplementos están más influenciadas por el marketing que por la ciencia.
Lucena aclara que, aunque no hay una planta que pueda «limpiar» el hígado como si fuera un detergente, sí existen ciertas especies con propiedades que pueden apoyar su función. «Es fundamental entender que el hígado ya es una máquina de detoxificación que trabaja constantemente, procesando sustancias tóxicas y eliminándolas a través de complejas vías metabólicas», explica. Sin embargo, indica que en casos de daño hepático, como el que puede resultar de la hepatitis o el alcoholismo, es crucial buscar atención médica, ya que lo que se necesita es diagnóstico y tratamiento adecuado.
Plantas con beneficios hepáticos
La experta subraya que, a pesar de que el concepto de «detox hepático» es en gran medida pseudocientífico, hay plantas que pueden ofrecer beneficios reales. Entre ellas, el cardo mariano (Silybum marianum) destaca como la más estudiada. Su componente principal, la silimarina, ha mostrado efectos antioxidantes, antiinflamatorios y regenerativos en estudios relacionados con condiciones como la hepatitis vírica y la cirrosis. Sin embargo, advierte que muchos de estos estudios son limitados y carecen de aprobación oficial por parte de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).
Para beneficiarse de esta planta, Lucena recomienda el uso de extractos estandarizados, con dosis de entre 140 y 200 mg de silimarina, tomadas dos o tres veces al día, enfatizando que las infusiones son menos efectivas debido a la baja solubilidad de la silimarina en agua.
Otra planta recomendada es la alcachofa (Cynara scolymus), cuyas hojas contienen cinarina, un compuesto que estimula la secreción biliar. Esto puede contribuir a una mejor digestión de las grasas y reducir molestias digestivas. «Se puede consumir en cápsulas o extractos líquidos estandarizados, aunque las infusiones son también una opción, aunque amargas», añade Lucena.
La cúrcuma, famosa por sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes gracias a la curcumina, se menciona como otra aliada contra el hígado graso no alcohólico. Para maximizar su efecto, se recomienda combinarla con piperina de la pimienta negra. «El consumo de cúrcuma en cápsulas de extracto estandarizado es el más efectivo, aunque también se puede incluir en la dieta diaria», aclara la nutricionista.
Precauciones y recomendaciones finales
A pesar de los beneficios potenciales de estas plantas, Lucena advierte sobre la importancia de no asumir que por ser naturales son completamente seguras. «Algunas plantas pueden interactuar con medicamentos o incluso resultar tóxicas en dosis elevadas», señala. Por eso, es fundamental utilizarlas con conocimiento y bajo supervisión médica.
Finalmente, la experta recuerda que la mejor forma de cuidar el hígado no radica en buscar soluciones mágicas, sino en adoptar un estilo de vida saludable. «Evitar el consumo excesivo de alcohol, mantener una dieta equilibrada rica en fibra y vegetales, realizar ejercicio regular, mantener un peso adecuado y vacunarse contra hepatitis A y B si se está en riesgo son las claves para proteger este órgano», concluye Lucena. Si se sospecha de algún problema hepático, siempre es mejor consultar a un médico que confiar en remedios herbales no regulados.
