El médico José Manuel Felices, especializado en hábitos saludables, ha alertado sobre la importancia de la temporalidad en el consumo de ciertos alimentos saludables, que, aunque ofrecen múltiples beneficios, pueden afectar negativamente la calidad del sueño si se ingieren en el momento equivocado. Su mensaje, compartido en redes sociales, no busca demonizar ninguno de estos productos, sino proporcionar orientación sobre cuándo es más adecuado consumirlos, especialmente para quienes enfrentan dificultades para dormir.
Alimentos que favorecen el sueño
El descanso reparador no solo depende de factores como la rutina de sueño o la exposición a pantallas, sino que también la alimentación juega un papel crucial. Algunos alimentos, cuando se consumen adecuadamente en la cena, pueden facilitar la conciliación del sueño. Entre los recomendados por Felices se encuentra el pistacho, que destaca por su alto contenido en melatonina, la hormona que regula el sueño, además de magnesio. Esta combinación convierte a este fruto seco en una opción sencilla y efectiva para mejorar la calidad del descanso. “Son el suplemento más barato de tu cocina”, apunta el médico.
Otro alimento beneficioso es el plátano, que contiene triptófano, magnesio y potasio, elementos que favorecen la producción de serotonina y melatonina, neurotransmisores esenciales para regular el ciclo del sueño. La pechuga de pollo, por su alto contenido en triptófano y bajo nivel de grasa, constituye otra buena opción para una cena ligera y saludable. «Es una proteína sin exceso de grasa y fuente de triptófano para un sueño sin pesadez digestiva», destaca Felices.
Alimentos a evitar antes de dormir
Por otro lado, hay alimentos que, pese a ser considerados muy beneficiosos para la salud, pueden interferir con el sueño si se consumen por la noche, especialmente justo antes de acostarse. “Tómalos en el desayuno, comida o merienda, que son las mejores opciones”, recomienda Felices. Un ejemplo es la piña, conocida por sus propiedades digestivas y antioxidantes, pero su acidez puede resultar problemática para personas con tendencia al reflujo o sensibilidad gástrica nocturna, alterando así el descanso.
Asimismo, la sandía y el melón, frutas muy hidratantes, pueden ser contraproducentes antes de dormir. “Al ser tan ricas en agua, pueden hacer que te despiertes para ir al baño en mitad de la noche”, explica Felices. Aunque son ideales para combatir la deshidratación y perfectas en climas calurosos, su consumo excesivo antes de dormir puede interrumpir el sueño. El aguacate, a menudo considerado un “superalimento”, también se incluye en esta lista; su digestión lenta y contenido en tirosina pueden provocar una digestión más pesada, interfiriendo con la relajación.
La clave está en adaptar los alimentos al ritmo del cuerpo. El mensaje de Felices es claro: no se trata de evitar alimentos saludables, sino de consumirlos en el momento adecuado. Muchos de estos productos aportan beneficios significativos durante el día, pero por la noche pueden afectar la calidad del sueño si no se eligen con cuidado.
Esta perspectiva se alinea con investigaciones en el campo de la crononutrición, que estudia cómo el horario de las comidas influye en los ritmos circadianos y la salud general. Según la Fundación Española de Nutrición (FEN), una cena ligera y rica en proteínas magras y compuestos que estimulen la producción de melatonina puede favorecer un descanso óptimo. Seleccionar adecuadamente qué comer y cuándo puede marcar una diferencia significativa en la calidad del sueño. Como concluye el propio Felices, “exprime todos sus beneficios en el momento idóneo”. Si ya duermes bien, quizá sea hora de compartir estos consejos con quienes aún no logran descansar adecuadamente.
