El Dr. Waiz Wasey, especialista en sueño de la Mayo Clinic en Scottsdale, Arizona, ha expuesto las razones por las que muchas personas experimentan malestar al despertar de una siesta. Según el doctor, síntomas como el dolor de cabeza, mareos o náuseas, no se deben a una única causa, sino a una combinación de factores que afectan la calidad del descanso.
El sueño humano está organizado en ciclos de aproximadamente 90 minutos, los cuales comprenden diferentes fases, incluida la etapa REM. Durante la noche, una persona suele completar entre tres y cuatro de estos ciclos. Sin embargo, una siesta rara vez abarca el tiempo suficiente para concluir estos ciclos, lo que explica la incomodidad que se siente al despertar. Este fenómeno es conocido como inercia del sueño.
Inercia del sueño y sus efectos
El Dr. Wasey explica que generalmente los síntomas de la inercia del sueño desaparecen en unos 30 minutos, aunque en algunos casos pueden extenderse hasta seis horas. Aquellos que sufren trastornos nocturnos, como la apnea del sueño, son más propensos a experimentar este estado intermedio en el que el cuerpo no está completamente despierto ni totalmente dormido. La Cleveland Clinic define este estado como una lucha del organismo por adaptarse entre el sueño y la vigilia, lo que genera efectos negativos en el bienestar.
Entre los síntomas más comunes de la inercia del sueño se encuentran la confusión mental, la falta de concentración y la irritabilidad. La Cleveland Clinic también proporciona recomendaciones para mejorar la higiene del sueño, lo que puede mitigar estos efectos.
Consejos para mejorar la calidad del sueño
Una de las sugerencias más destacadas es mantener horarios de sueño constantes. Esto permite que el cuerpo se acostumbre a un ritmo regular y facilita el funcionamiento del reloj biológico interno. Por ejemplo, si se necesita levantarse a las 7:00 de la mañana y se desea dormir ocho horas, lo ideal sería estar dormido a las 11:00 de la noche, organizando la rutina para estar en la cama a esa hora.
Además, es fundamental crear un entorno propicio para el descanso. Mantener dispositivos como teléfonos, tabletas o computadoras fuera del dormitorio ayuda a evitar distracciones. Asimismo, es esencial contar con un colchón y almohadas adecuadas que favorezcan una postura correcta durante el sueño.
La Cleveland Clinic también aconseja evitar comidas y bebidas justo antes de dormir. Es recomendable no comer en las tres horas previas a acostarse, ya que cenar tarde puede afectar la calidad del sueño. Por último, se destaca la importancia de calmar la mente, ya que un estado de tranquilidad mental favorece un mejor descanso. Realizar ejercicio físico intenso justo antes de dormir puede causar insomnio o dificultar la conciliación del sueño.
Si, a pesar de seguir estas recomendaciones, los problemas persisten, se sugiere consultar a un especialista para recibir orientación y tratamiento adecuados que ayuden a mejorar la calidad del sueño.
