Las patatas fritas de bolsa, uno de los aperitivos más consumidos a nivel global, han sido objeto de un análisis por parte de la reconocida nutricionista Magda Carlas. En su reciente intervención en el podcast ‘Respuestas que alimentan’ de RAC1, Carlas ha matizado que, a pesar de su mala reputación, este popular snack posee ciertas cualidades que explican su éxito entre consumidores de todas las edades.
La especialista ha señalado que, aunque las patatas fritas son consideradas un producto ultraprocesado con un alto contenido energético, su textura crujiente y su sabor salado generan una sensación de placer que resulta muy atractiva. «Mira que tienen mala fama. Son energéticas, tienen sal y son un producto ultraprocesado, pero nos encanta. ¿Por qué? Porque son crujientes, pesan poco y crean una cierta adicción,» ha explicado Carlas.
Placer y advertencias sobre su consumo
No obstante, la nutricionista no ha pasado por alto los aspectos menos favorables de este tipo de productos. «Los alimentos con textura crujiente, no solo las patatas fritas, producen un placer muy elevado en el cerebro. Pero a nadie se le escapa que se trata de un alimento muy energético. De hecho, el 30% de su composición es aceite. Además, tienen muy poca agua y, en general, mucho sodio,» ha advertido.
Desde un punto de vista nutricional, Carlas ha precisado que 100 gramos de patatas fritas superan las 550 calorías, mientras que las versiones light contienen aproximadamente un 30% menos de aporte energético. Por ello, recomienda moderación en su consumo: «Es mejor no pasar de los 25 a 30 gramos de patatas, y las mejores son las que no están aromatizadas y se fríen en aceite de oliva, aunque casi nunca se utiliza exclusivamente este tipo de aceite,» ha añadido.
Alternativas más saludables
Para quienes no quieren renunciar a este placer ocasional, la nutricionista sugiere la opción de elaborar patatas fritas en casa como una alternativa más saludable. «Solo hay que cortar las patatas muy finas y freírlas en aceite. Y si las queréis más ligeras, podéis hacerlas al horno,» ha indicado. Esta opción no solo permite un control sobre los ingredientes, sino que también ofrece una versatilidad adicional, ya que Carlas ha mencionado la posibilidad de utilizarlas como ingrediente para preparar tortillas.
En resumen, las patatas fritas, a pesar de sus desventajas nutricionales, pueden disfrutarse de manera responsable y, si se preparan en casa, pueden convertirse en un aperitivo más saludable. La clave está en la moderación y en elegir las opciones más adecuadas para disfrutar de su sabor sin comprometer la salud.
