La sepsis es una emergencia médica grave que se produce cuando la respuesta del organismo a una infección causa daño a sus propios tejidos y órganos, lo que puede provocar fallo multiorgánico y, sin un tratamiento adecuado y rápido, la muerte. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que hay entre 48 y 50 millones de casos anuales a nivel global, lo que representa al menos 11 millones de muertes, es decir, una de cada cinco defunciones en todo el mundo.
En España, la incidencia de sepsis se sitúa en torno a 250 casos por cada 100 000 habitantes al año, con una mortalidad que varía entre el 15% y el 50% dependiendo de la gravedad del cuadro y del tiempo transcurrido hasta el inicio del tratamiento. Esto se traduce en entre 15 000 y 20 000 muertes anuales, cifra que supera la de fallecimientos por infarto o cáncer de mama, colon o páncreas, y es 13 veces mayor que los accidentes de tráfico.
Uno de los principales retos en el manejo de la sepsis es la ausencia de tratamientos específicos dirigidos contra su causa, a excepción de los antibióticos y la cirugía para extirpar el foco infeccioso. La incidencia y mortalidad de la sepsis grave superan a las de otras enfermedades con gran impacto social, como el cáncer de mama o el VIH, lo que convierte a esta patología en un desafío continuo para científicos y clínicos.
Innovaciones en el diagnóstico de la sepsis
La biotecnología desempeña un papel fundamental en la lucha contra la sepsis. La compañía Viva In Vitro, socia de AseBio, está desarrollando una tecnología pionera llamada Viva-Elisa, que revoluciona el diagnóstico de esta enfermedad. “Esta herramienta innovadora ofrece una evaluación de la respuesta inmunológica, permitiendo anticipar la respuesta de los pacientes a posibles infecciones secundarias y, por tanto, el riesgo de adquirir complicaciones graves en pacientes sépticos”, explica el doctor Pablo Pelegrín Vivancos, Catedrático de Inmunología y cofundador de Viva In Vitro.
A diferencia de los métodos tradicionales, esta nueva herramienta proporciona una estratificación temprana y personalizada del paciente, lo que mejora la prognosis y reduce la carga hospitalaria. La medicina personalizada es clave en el tratamiento de la sepsis debido a la gran heterogeneidad de la enfermedad, que dificulta su manejo con tratamientos estándar. Las nuevas herramientas permiten identificar de manera temprana la activación del inflamasoma NLRP3, estratificando a los pacientes según su riesgo y respuesta inmunológica, lo que facilita la adaptación de tratamientos específicos.
Colaboraciones y futuro del ecosistema biotecnológico
Viva In Vitro avanza en el desarrollo de sus soluciones contra la sepsis gracias a una amplia red de colaboraciones con hospitales, centros de investigación y servicios de salud, lo que facilita la pre-validación clínica del biomarcador NLRP3, fundamental para el diagnóstico precoz y la estratificación de pacientes. “Estamos colaborando en la validación clínica de su tecnología y en la cuantificación del valor que aporta en el manejo de la sepsis y las infecciones graves”, señala Ricard Ferrer, Jefe de Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Universitario Vall d’Hebron en Barcelona.
El ecosistema biotecnológico en España está evolucionando positivamente frente a la sepsis, con varias iniciativas innovadoras tanto en diagnóstico como en tratamiento. Ferrer destaca que “algunas de estas iniciativas se traducirán en valor para los pacientes en el futuro próximo”. Sin embargo, es fundamental abordar las barreras estructurales y regulatorias para maximizar el impacto en los pacientes sépticos.
La sepsis no solo implica un desafío médico, también puede cambiar la vida de los pacientes en cuestión de horas, dejando secuelas físicas, cognitivas y emocionales tanto en ellos como en sus familias. Como comparte Marianne Haverkamp, superviviente de sepsis, “sobrevivir es solo el principio: después llega una etapa dura y, en muchos casos, solitaria”. La detección temprana y la innovación biotecnológica –diagnóstico ultrarrápido, medicina personalizada y apoyo integral– son clave para salvar vidas y reducir secuelas. Su mensaje para la sociedad y los profesionales es claro: la sepsis puede afectar a cualquiera, en cualquier momento, y detrás de cada caso hay personas con historias, sueños y familias. “No podemos permitir que esas vidas dependan de la suerte”, concluye Marianne, enfatizando la urgencia de actuar, formar especialistas y ofrecer programas de recuperación completos para pacientes y familias.
