El plan Zaramaga, destinado a la regeneración urbana del barrio, ha culminado con un notable aumento en la revalorización de los edificios que lo integran, estimada entre un 20 y un 25%. Este proyecto, que comenzó hace aproximadamente un año, ha contado con la participación de 22 comunidades y 332 viviendas, y está llegando a su fin con la retirada inminente de los andamios en los portales de Reyes de Navarra 28 y Plaza Zaramaga 9.
El estudio de arquitectura WeDo, representado por Marcos Villapún e Iñaki Beistegui, ha destacado la singularidad de su propuesta en comparación con las demás reformas realizadas en el barrio. “Nosotros hemos ido con una fachada ventilada, que creemos que aporta algo diferente al barrio”, explican, señalando que este sistema constructivo, aunque más costoso, ofrece ventajas a largo plazo. En lugar de emplear el tradicional sistema de aislamiento térmico exterior (sate), su enfoque ha sido utilizar acabados cerámicos que garantizan durabilidad y una mejor integración estética con el entorno.
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La reforma ha incluido el aislamiento de la fachada, la sustitución de ventanas y la mejora de las calderas de gas, con un rendimiento que ahora supera el 95%. Los arquitectos sostienen que estas mejoras permitirán un ahorro energético superior al 60%, especialmente en la factura de calefacción, lo que conlleva un impacto económico positivo para los propietarios.
La inversión total en la rehabilitación asciende a 1 600 000 euros, desglosándose en 1 000 000 euros para el portal de Reyes de Navarra y 600 000 euros para el de Plaza Zaramaga. A pesar de las dificultades inherentes a las obras, los vecinos han estado al tanto del progreso y, aunque han enfrentado momentos de incertidumbre, ahora están satisfechos con los resultados.
Impacto y desafíos de la rehabilitación
La principal preocupación durante la ejecución del proyecto ha sido la coordinación entre la constructora, los gremios y los vecinos. “La idea era conseguir el máximo de eficiencia con la mínima molestia a los vecinos”, afirman Villapún y Beistegui. A lo largo de la obra, se han realizado reparaciones en algunos forjados y se ha mejorado la estructura de los edificios, que en general presentaban un estado de conservación similar.
La satisfacción de los arquitectos es evidente, ya que consideran que el esfuerzo realizado ha valido la pena. “La satisfacción es mayúscula”, coinciden, al tiempo que subrayan la necesidad de seguir con proyectos similares en otras áreas, como Adurza, donde buscan replicar el éxito del plan Zaramaga.
La regeneración de Zaramaga no solo ha mejorado la estética y eficiencia energética del barrio, sino que también ha incrementado el valor de las propiedades, lo que augura un futuro prometedor para los residentes y su entorno. La comunidad ha respondido positivamente a esta transformación, que promete ser un modelo a seguir para futuras iniciativas urbanas en Vitoria.
