La lucha contra el cáncer infantil es una batalla que muchos enfrentan con valentía y determinación. Laura García, una madre madrileña de 50 años, ha convertido su dolor personal en un esfuerzo comunitario significativo, fundando El Sueño de Vicky, una organización sin ánimo de lucro que financia proyectos de investigación para combatir esta devastadora enfermedad. La motivación de Laura surge de la pérdida de su hija, Vicky, quien falleció el 30 de octubre de 2016 a los cuatro años debido a un tumor cerebral conocido como ATRT (teratoide rabdoide atípico), uno de los más agresivos y difíciles de tratar.
Desde que inició esta travesía hace nueve años, Laura ha trabajado incansablemente para ofrecer a otras familias la posibilidad de soñar con mejores tratamientos y mayores esperanzas de curación. «Cuando te dicen que tu hijo tiene cáncer, solo te mantiene en pie la esperanza de una curación», comenta Laura, subrayando el impacto emocional que esta enfermedad tiene en los pacientes y sus seres queridos.
Investigación y esperanza
El objetivo de El Sueño de Vicky es claro: destinar fondos a la investigación de nuevos tratamientos que puedan mejorar las tasas de supervivencia de los niños diagnosticados con cáncer. Laura y su equipo han apoyado diversos proyectos que buscan avanzar en la comprensión y tratamiento de distintos tipos de cáncer infantil, con un enfoque especial en aquellos que, como el ATRT, son particularmente letales.
La fundación no solo se centra en la recaudación de fondos, sino que también pretende concienciar a la sociedad sobre la realidad del cáncer infantil y la necesidad urgente de más recursos para la investigación. «Es un tsunami que arrasa con todo, y cada día que pasa, los niños continúan sufriendo», afirma Laura, reflejando la lucha constante que enfrentan las familias afectadas.
Un legado de amor y lucha
A pesar de la tristeza que conlleva recordar a su hija, Laura se siente impulsada a seguir adelante por ella y por todos los niños que padecen esta enfermedad. Su historia es un recordatorio del poder del amor y la resiliencia, y de cómo las tragedias personales pueden transformarse en movimientos de cambio. La fundación ha recaudado ya más de 500 000 euros en su esfuerzo por financiar la investigación y proporcionar apoyo a las familias que, como la suya, han sido devastadas por el cáncer infantil.
La lucha de Laura García es, sin duda, una fuente de inspiración que resuena con muchos. La esperanza de un futuro sin cáncer infantil sigue viva, gracias al esfuerzo y dedicación de personas como ella. En su camino, Laura ha demostrado que, aunque el dolor puede ser inmenso, la fuerza de una madre puede mover montañas y generar un impacto positivo en la vida de otros.
