El médico intensivista Richard Suárez ha compartido en un reciente vídeo la complejidad de la inflamación, un fenómeno que va más allá de las reacciones típicas del cuerpo ante un traumatismo o una infección. Suárez, desde su unidad de cuidados intensivos, expone la importancia de entender este proceso y cómo puede afectar a parámetros vitales como la temperatura y la presión arterial.
En su presentación, el doctor explica que la inflamación no siempre está asociada a causas visibles. Para ilustrar su punto, menciona un caso real de un paciente que presenta una temperatura de 40 grados y una presión arterial de 70-40, sin que exista una infección. Este caso se debe a un traumatismo grave, lo que permite al especialista detallar el mecanismo bioquímico detrás de la inflamación aguda.
Inflamación aguda y crónica: diferencias clave
Suárez distingue entre dos tipos de inflamación: la aguda y la crónica. La inflamación aguda, según aclara, es una respuesta sistémica mediada por citoquinas, que afectan directamente al endotelio y provocan una caída brusca de la tensión. Por otro lado, la inflamación crónica, que puede no presentar síntomas evidentes como fiebre o baja de presión arterial, es más insidiosa y puede ser experimentada por muchas personas sin que se den cuenta.
Los detonantes de la inflamación crónica son hábitos de vida mantenidos en el tiempo, como la obesidad, el estrés, el sedentarismo, y el consumo excesivo de alimentos ultraprocesados, alcohol, tabaco o grasas trans. Esta forma de inflamación actúa como un sustrato para patologías metabólicas y cardiovasculares, incluyendo la resistencia a la insulina, la prediabetes, la diabetes y la aterosclerosis.
La importancia de la inflamación crónica
El médico hace hincapié en que la inflamación crónica, aunque no presente síntomas inmediatos, es un factor de riesgo importante a largo plazo. “Cuando te hablen de inflamación crónica de bajo grado, empecemos a darle más importancia a eso que no tiene causa inmediata, pero que sí es un abono, una inversión a la enfermedad a largo plazo”, concluye con un mensaje claro sobre la necesidad de prestar atención a esta condición.
El análisis de Suárez destaca la relevancia de comprender cómo el cuerpo gestiona la energía y su relación con la salud general. Su visión es un llamado a la concienciación sobre la inflamación, un proceso que, aunque a menudo se subestima, tiene un impacto significativo en el bienestar de las personas.
