El cáncer de vejiga es un problema de salud pública creciente en España, donde se registran aproximadamente 22 500 nuevos casos anuales. Este tipo de cáncer representa el quinto más frecuente en el país y el cuarto en hombres, con 3 570 muertes registradas solo en 2023, lo que lo convierte en la sexta causa de mortalidad por cáncer en hombres. A nivel global, se diagnostican más de 614 000 casos cada año, posicionándolo como el noveno tumor más común.
En este contexto, la detección temprana es crucial. Uno de los signos más evidentes y alarmantes es la hematuria, o presencia de sangre en la orina, la cual puede aparecer sin dolor durante la micción. Este síntoma es fundamental para el diagnóstico precoz, ya que puede ser confundido con infecciones urinarias o cálculos renales. Por esta razón, AstraZeneca ha lanzado una campaña de concienciación en el marco de la Semana de la Urología, con el respaldo de la Asociación Española de Urología (AEU) y otras entidades relevantes.
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Tipos y síntomas del cáncer de vejiga
El cáncer de vejiga se divide en dos tipos principales: el no músculo-invasivo, que representa el 75% de los casos, y el músculo-invasivo, que abarca el 25-30% restante. En el primer caso, las células cancerosas están contenidas en el revestimiento de la vejiga, mientras que en el segundo, invaden el músculo de la pared vesical. Los tumores músculo-invasivos presentan un pronóstico más grave, especialmente en estadios avanzados.
Los síntomas pueden variar, pero la hematuria es el principal indicador. Otros signos de alerta incluyen un aumento en la frecuencia de la micción, la producción de poca cantidad de orina y dolor abdominal. Dr. Daniel Pérez Fentes, Coordinador Nacional del Grupo de Uro-Oncología de la AEU, advierte que «ante cualquier episodio de hematuria, es fundamental descartar la presencia de un tumor vesical».
Factores de riesgo y diagnóstico
El tabaco es el principal factor de riesgo, responsable del 50% de los diagnósticos de cáncer de vejiga. Los productos carcinógenos de los cigarrillos son eliminados por la orina, afectando las células de la mucosa vesical. Otros factores de riesgo incluyen antecedentes de infecciones urinarias, cálculos en la vejiga y condiciones genéticas como el síndrome de Lynch.
El diagnóstico del cáncer de vejiga implica una combinación de evaluación clínica y pruebas complementarias. Las pruebas de imagen, como la ecografía, permiten identificar tumores de forma no invasiva, mientras que los análisis de orina buscan células malignas. Sin embargo, en algunos pacientes, estos estudios pueden no mostrar hallazgos significativos.
El tratamiento se enfrenta a importantes retos, como los tiempos de diagnóstico y la necesidad de un seguimiento invasivo. La cistectomía radical sigue siendo el tratamiento estándar para casos músculo-invasivos, aunque la supervivencia a cinco años es del 50%, y desciende al 18% en casos con afectación ganglionar.
A pesar de estos desafíos, los avances en inmunoterapia y el desarrollo de nuevos tratamientos han mejorado las perspectivas. La Dra. Aránzazu González del Alba destaca que «la combinación de inmunoterapia con nuevos fármacos podría mejorar la tasa de supervivencia en los pacientes con cáncer de vejiga». Estos desarrollos ofrecen esperanza para un futuro en el que más pacientes puedan mantener su vejiga sin comprometer su supervivencia.